El Gobierno autorizó ayer por la noche a la embarcación Open Arms, perteneciente a la oenegé catalana Proactiva, a desembarcar en España a los 60 migrantes rescatados por la mañana frente a las costas de Libia, confirmaron a Efe fuentes del Ejecutivo. Según estas fuentes, el barco podrá atracar en Barcelona, al haber sido el lugar donde la oenegé ha pedido desembarcar. La solicitud se tramitó a través de Salvamento Marítimo. Tras la autorización del Ejecutivo, es ahora el capitán del barco el que deberá decidir cuándo emprenderá la navegación hacia España.

La gestión de la crisis migratoria vuelve a poner en jaque a la Unión Europea, enfrascada en establecer un protocolo de recepción de ‘sin papeles’ mientras las olas del Mediterráneo no dejan de ahogar vidas. El último naufragio se produjo en la madrugada de ayer a seis kilómetros de las costas libias y ha dejado un centenar de desaparecidos, entre ellos dos bebés y tres niños. Horas después de amanecer, y con la resaca de este último episodio golpeando duramente las conciencias de Europa, Proactiva Open Arms alertó ayer de una nueva operación de salvamento en aguas continentales. «Rescatadas y a salvo 59 personas a la deriva y en peligro de muerte. Ahora todos a bordo del Open Arms, rumbo a puerto seguro», tuiteó la ONG catalana.

El capitán de la ONG, Riccardo Gati, detalló que entre los migrantes rescatados hay varios niños y mujeres y proceden de hasta 14 países distintos, principalmente de Palestina, Sudán del Sur, Egipto, Bangladés, Libia, Siria, Eritrea y Malí. Una vez más, a la odisea vivida por los tripulantes de tan arriesgada travesía se sumó la de buscar ahora un puerto que les dé la bienvenida, puesto que Italia y Malta reiteraron su negativa a permitir el acceso a las embarcaciones de estas organizaciones. La ONG solicitó, a través de Salvamento Marítimo, desembarcar en puerto español. Ayer por la noche, el Ejecutivo autorizó el desembarco en España.

El ministro del Interior y vicepresidente italiano, Matteo Salvini, aprovechó la coyuntura para recordar que no permitirá la entrada en su país y acusó a la ONG española de rescatar a estas personas anticipándose a la intervención de los guardacostas libios. Salvini se desentendió rápidamente del asunto advirtiendo que el buque, con bandera de España, es propiedad de una asociación española y en el momento del rescate se encontraba en aguas SAR (Búsqueda y Rescate) de Libia, por lo que el puerto más cercano, subrayó, es Malta.

«Que se olviden de llegar a un puerto italiano. Stop a la mafia del tráfico de seres humanos: cuantas menos personas zarpen, menos personas mueren», defendió y acusó a las oenegés que luchan por salvar vidas en el Mediterráneo de «fomentar el tráfico de seres humanos, del que se enriquecen las mafias que operan en playas libias». El viernes, el Ministerio de Infraestructuras italiano anunció que prohibía el atraque del Astral, el segundo barco con el que opera Proactiva, «por motivos de orden público», después de que solicitara permiso para repostar y relevar su tripulación. Una política similar ha impulsado Malta, que ha cerrado sus servicios portuarios a las oenegés hasta que se aclare el caso de la nave de la organización alemana Lifeline, a la que el miércoles permitió el acceso con 233 migrantes tras seis días a la deriva. Un gesto que recuerda al realizado por España, que ofreció el puerto de Valencia para acoger a los 630 migrantes a bordo del Aquarius, de la ONG francesa SOS Méditerranée.