España registra al año 12.000 casos de tuberculosis, el triple que la UE
La Razón, 22-04-2006Madrid – La extensión de la tuberculosis es uno de los problemas graves a
los que se enfrenta la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica
(Separ). Afirman que en España se registran 12.000 enfermos nuevos al año,
una incidencia tres veces superior a la media de la UE.
Las cifras
que aporta la sociedad científica superan con creces las registradas por
el Centro Nacional de Epidemiología, cuyos datos señalan poco más de 4.000
casos al año, algo que, según Joan Caylá, epidemiólogo de la Agencia de
Salud Pública de Barcelona y miembro de la Separ tiene fácil explicación:
«Es una enfermedad de declaración obligatoria, pero el problema está en
que no existe el mismo control de vigilancia en todas las zonas y no
siempre llegan todos los datos. La realidad es superior a lo oficialmente
notificado».
A lo que añade que «nosotros estimamos que la
incidencia es de 20 a 25 casos por 100.000 habitantes». El problema
histórico de España, lamenta, sigue siendo que, a pesar de que nuestro
país es objeto de vigilancia epidemiológica desde principios del siglo XX
, «los programas de control nunca han sido muy efectivos y hay comunidades
autónomas que todavía no los tienen o los tienen con una efectividad muy
baja».
Hasta ahora se apuntaba al sida como la principal causa
de la tuberculosis en nuestro país, una situación que ha cambiado con el
tiempo ya que, según Joan Caylá, se está detectando «cómo de año en año
decrece el número de casos asociados al virus de la inmunodeficiencia
humana, mientras aumentan de forma notable los casos de tuberculosis
relacionados con la inmigración». Junto a la población extranjera, el
experto indica que también aumentan los casos «debido a un sector de
cooperantes españoles que trabajan en países en desarrollo y regresan
contagiados.
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica
tiene constancia de que en las grandes ciudades, como Madrid y Barcelona,
zonas donde se concentra un notable número de población inmigrante,
alrededor del 20 y el 50 por ciento de los casos que se detectan de esta
enfermedad corresponden a personas que han importado la enfermedad de sus
países o la han contraído en España por las malas condiciones de higiene y
de salud en que viven. No obstante, Caylá quiere dejar claro que «el
problema no radica en ser inmigrante, sino en no estar vacunado o vivir en
condiciones muy malas que puedan servir de vehículo para la propagación de
la enfermedad».
Joan Caylá comparte la opinión de que, debido
al cambio demográfico, «es bueno y necesario que en España los programas
de control mejoren para evitar nuevos brotes».
El diagnóstico
precoz y el estudio de los contactos son, a juicio de este epidemiólogo,
factores «fundamentales» para controlar la enfermedad.
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