Por norma general, la digitalización de los trámites burocráticos facilita y agiliza el proceso y evita el farragoso papeleo. Ese era el objetivo que perseguía el Ministerio de Justicia cuando en el año 2015 comenzó con el proceso de migración digital para las concesiones de nacionalidad a personas extranjeras residentes en el Estado. Durante dos años los expedientes se podían solicitar presencialmente en el Registro Civil o por vía telemática, pero a partir del 1 de julio de 2017 la única vía para hacerlo es a través de internet. Y la nueva herramienta informática no ha dado abasto.

El resultado ha sido un atasco monumental en el número de solicitudes pendientes de tramitar en todo el Estado, un total de 409.889 a finales de 2017, según datos del Ministerio de Justicia. Respecto al número de nacionalidades por residencia concedidas, el año pasado se aprobaron un total de 25.924, un 72% menos que en 2016. Una situación que también ha afectado a las personas extranjeras residentes en Euskadi y Gipuzkoa que quieren obtener la nacionalidad española. En 2016 se concedieron 4.457 en toda la CAV; 1.396 de ellas en Gipuzkoa, 2.212 en Bizkaia y 849 en Álava. Los datos del año pasado reflejan el desplome en la aprobación de los expedientes, que se quedaron en 1.154: en Gipuzkoa 315 (un 77% menos), 596 en Bizkaia y 243 en Álava.
Los datos
1.154
expedientes
1.154
fueron tramitados en Euskadi el año pasado, 315 de ellos en Gipuzkoa, un 77% menos respecto al 2016.
37.374
solicitudes
37.374
han sido aprobadadas en todo el Estado en los cinco primeros meses de este año, según datos del Ministerio de Justicia.
37.374
Ventajas de la nacionalidad
Estabilidad
Los extranjeros dejan de tener que renovar la autorización de residencia, lo que les da estabilidad administrativa y legal.
Derechos
Pasan a tener los mismos derechos y obligaciones que un ciudadano español, entre ellos el derecho a votar.
Pasaporte
El pasaporte español les permite entrar y salir del país siempre que quieran y la libre circulación por territorio europeo.
Una situación, no obstante, que ha empezado a revertirse. Fuentes del Ministerio de Justicia reconocen que a comienzos del pasado año se realizó la migración de la aplicación informática utilizada para la tramitación de los expedientes de nacionalidad a una nueva herramienta «con el objetivo de mejorar el servicio», y que ese «complejo» proceso tecnológico «ralentizó la tramitación masiva de expedientes».

Justicia asegura que en lo que va de año ya se han tramitado más solicitudes que en todo 2017

No obstante, señalan, después del verano «se recuperó el ritmo normal» de resoluciones y prácticamente la mitad de las más de 25.000 que se aprobaron en 2017 se tramitaron en los dos últimos meses del año. Un buen ritmo que, según aseguran, se ha mantenido en los primeros cinco meses de 2018, ya que a 31 de mayo se habían tramitado un total de 37.374 expedientes de nacionalidad, «lo que representa un volumen sensiblemente mayor de lo que se resolvió en todo el año 2017. Ello hace confiar que en 2018 se obtengan cifras iguales o incluso mejores a las de años precedentes», señalan desde el Ministerio.

No es la primera vez que el sistema de tramitación de nacionalidades presenta retrasos de este tipo. En el año 2014 se produjo un descenso en la aprobación de expedientes de un 56% respecto al año anterior. A los dos años, las tramitaciones despegaron un 22%. «Son ciclos que ocurren por diferentes causas que provocan bloqueos administrativos como el actual», explica Gorka Merino, director del Observatorio Vasco de Inmigración, Ikuspegi. «Seguramente el año que viene veremos que en 2018 el número de nacionalidades aprobadas ha aumentado, es lo que sucede después de un periodo de atasco», añade.

Estabilidad y derechos
A pesar de que las solicitudes hayan empezado a salir de ese atolladero burocrático, todavía queda una abultada pila de expedientes esperando a ser aprobados, y por tanto miles de personas aguardando a obtener la nacionalidad española. En Gipuzkoa, esa lista de espera para convertirse en ciudadano español podría rondar el millar de personas. Una condición «prioritaria y fundamental» para los extranjeros por los derechos que les otorga.

Gorka Merino destaca tres aspectos. Por un lado, la obtención de la nacionalidad elimina la necesidad de actualizar la autorización de residencia en el país. «Supone una estabilidad administrativa y legal», explica. En segundo lugar, la persona que se nacionaliza pasa a tener los mismos derechos que una persona nacida en ese país. «Entre ellos el derecho a voto, lo que les convierte en alguien importante para los representantes políticos».

Casi la mitad de los latinoamericanos que residen en Euskadi tienen doble nacionalidad

Por último está la obtención del pasaporte español, lo que permite a la persona nacionalizada entrar y salir del país cuando lo desee, «lo que les aporta flexibilidad y movilidad», además de autorizarles para la libre circulación en el espacio Schengen que componen 26 países europeos, «lo que les da la posibilidad incluso de poder buscar trabajo fuera de España», apunta Merino.

La mayoría de quienes están a la espera de obtener la nacionalidad son, apunta el director de Ikuspegi, personas de origen latinoamericano. «Solo necesitan haber vivido dos años en España y pueden mantener la doble nacionalidad, a diferencia de la mayoría de extranjeros, a quienes se les exige diez años de residencia y se les obliga a elegir entre la nacionalidad de origen o la española, una decisión que no es nada fácil», explica. De hecho, casi la mitad de la población de origen latinoamericano que reside en Euskadi tiene la doble nacionalidad. Una realidad que no se da en personas de otros países, cuya mayoría mantiene su nacionalidad de origen.

A pesar de las trabas burocráticas y de los atascos en las tramitaciones de los expedientes, en la última década el porcentaje de extranjeros que han obtenido la nacionalidad española o la doble nacionalidad en Euskadi ha crecido diez puntos, pasando del 17,6% en 2008 al 26,7% este año. No obstante, siete de cada diez personas inmigrantes que residen en Euskadi mantienen su nacionalidad de origen. Además, desde el cambio de legislación sobre nacionalizaciones realizado por el Ministerio de Justicia en 2015 el trámite tiene una tasa de 101 euros, cuando antes era gratuito, a lo que hay que añadir del coste del título de español y del examen de conocimientos.