El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, se ha despalzadao a Libia este lunes para reunirse con las autoridades del país africano sobre el tema de los inmigrantes, según ha anunciado él mismo en su cuenta de Twitter. “¡Misión de Libia, allá vamos!”, ha escrito, publicando una selfi a bordo del avión militar que se usaba para viajar a Libia. Salvini es el primer miembro del nuevo Gobierno populista italiano en visitar el país.

Horas antes también se había hecho un selfi con unas declaraciones controvertidas, puesto que emplea el sarcasmo y pide “tranquilidad” porque el barco que se ve en la imagen tras su rostro “no transporta a [inmigrantes] clandestinos”

Buona serata Amici, che fate?P.s. Tranquilli, le barche che vedete dietro di me non trasportano clandestini! pic.twitter.com/r811GJXdh7

En una entrevista publicada el lunes en el diario La Repubblica, el viceprimer ministro libio, Ahmed Miitig, destacó su interés en trabajar con los hombres clave del nuevo Ejecutivo  italiano. “La colaboración entre Italia y Libia es decisiva”, dijo. Para Miitig, la llegada de inmigrantes también era “un problema importante” para su país.

Miitig también dijo que estaba “preocupado” por las tensiones entre Roma y París. “Italia y Francia, además del hecho de que son pilares de la UE, son dos países estratégicos para la seguridad, el bien de Libia y el Mediterráneo”, dijo. “Debemos trabajar juntos para encontrar soluciones – – agregó para la estabilidad del mar que nos une”.

Por la noche,  Salvini volvió a hablar para agradecer a las autoridades libias por haber recogido en el mar y haber devuelto a Libia a más de 820 inmigrantes en el día del domingo. El ministro del Interior, que también es viceprimer ministro y líder de la formación de extrema derecha la Liga, expresó en Twitter su “más sincero agradecimiento a las autoridades y a los guardacostas de Libia.”

La cuestión de la recepción de migrantes se abordó este domingo en Bruselas en una minicumbre para tratar de aliviar las tensiones dentro de la Unión Europea frente al desafío de la migración, que terminó sin avances concretos.