Matteo Salvini se presentó en la noche del miércoles en el plató de ‘Porta a Porta’, el programa político de Bruno Vespa en la Rai, mostrando su cansancio porque los veinte días que lleva como ministro de Interior «parecen veinte años». Vespa le dijo raudo que era por «todos los líos» en que se metía.

No se equivocó el incombustible periodista. En las poco más de dos semanas pasadas desde el nacimiento del Gobierno, a Salvini le ha dado tiempo incluso a pelearse con Roberto Saviano, el escritor amenazado de muerte por la Camorra, la mafia napolitana, desde la publicación de su libro ‘Gomorra’ en 2006. Saviano le criticó por cerrar los puertos italianos a las naves de las ONG que salvan a inmigrantes en el Mediterráneo y Salvini le ha respondido de la peor manera posible, amenazándole entre líneas con quitarle la escolta.

Ayer el ministro del Interior aseguró que no era él quien decide sobre la protección al escritor, sino «otras instituciones», y aprovechó para acusarle de practicar la «antimafia de palabra». Aunque estaba visiblemente enfadado por las críticas de Saviano, insistió en que ese era «el último» de sus problemas. «Que siga escribiendo y pontificando. Yo prefiero estar con quien a las mafias las combate con los hechos».