No sólo extorsionaban y retenían a sus víctimas, sino que además las torturaban si se negaban a pagarles. La operación Alhambra, efectuada por la Guardia Civil en Arganda del Rey, ha permitido desarticular una banda formada por 4 ciudadanos paquistaníes y un rumano, que se dedicaban a captar a compatriotas suyos recién llegados a España, para alojarlos gratuitamente en distintos pisos de acogida de Arganda. En cada vivienda llegaban a hacinarse como mínimo 12 personas. Una vez que los extorsionadores comprobaban que sus víctimas comenzaban a ganar algo de dinero, generalmente en trabajos ocasionales, les exigían un pago mensual de 100 euros a cada una, «por residir y trabajar en el municipio», según la Guardia Civil.

Las palizas eran el primer paso para intimidar a las víctimas que se negaban a pagar. Cuando persistían en su actitud, eran trasladadas a un garaje en el que se las torturaba con una rudimentaria prensa. Allí eran retenidas hasta que aceptaran pagar su cuota.Fue precisamente el violento modus operandi de la banda lo que dejó un rastro que permitió a la Guardia Civil llegar hasta ella.