editorial

EUROPA ELUDE SUS COMPROMISOS

La creación de «plataformas de desembarco» de migrantes fuera de la UE resulta poco convincente

El Correo, , 20-06-2018

El Consejo Europeo estudiará la próxima semana una propuesta para establecer centros de recepción e identificación de migrantes con destino a la UE en países ajenos a la Unión de la orilla sur del Mediterráneo. La pregunta inmediata es si tal medida está pensada para recibir de manera más justa, racional y efectiva a quienes se dirigen a países europeos de la mano de tramas que se lucran con el tráfico de seres humanos o si más bien trata de sortear las diferencias que se agudizan entre los socios de la UE y en el seno de cada uno de sus países a causa de la migración. La única manera de afrontar el mayor desafío al que se enfrenta la humanidad en Europa –la imparable corriente migratoria hacia las regiones más prósperas y pacíficas del mundo– es alcanzar el más amplio consenso al respecto. Pero ese consenso no puede dar la espalda ni a las causas últimas de la migración ni a la necesidad de articular respuestas integradoras a las miles y miles de personas que reclaman vivir como nosotros o entre nosotros. Los promotores de la iniciativa argumentan que tales centros servirían de disuasión para quienes se encuentran ante la oportunidad de emprender un viaje lleno de peligros y que así se evitarían tantas muertes en el mar. Sin embargo, una de las características de la migración es que se trata de un fenómeno imprevisible en cuanto a los efectos que inducen las políticas que se aplican frente a él. La fórmula que maneja el Consejo Europeo de «plataformas de desembarco» fuera de la UE plantea serias dudas sobre la posibilidad legal de que espacios de acogida e identificación situados fuera de la Unión puedan ser gobernados desde Bruselas. Pero lo más preocupante es que la propuesta lleva a imaginar enormes campos de refugiados y migrantes que pudieran eternizarse en su provisionalidad, ya que contribuirían a diluir la responsabilidad de cada socio europeo. El flagrante incumplimiento de los compromisos adquiridos mediante cuotas para acoger país por país a los migrantes que ya están a este lado del Mediterráneo es un precedente que previene de las bondades de esos centros de recepción e identificación. Por eso sería mejor que el consenso requerido al Consejo Europeo próximo se limitara a acordar que los refugiados con derecho a asilo en el país en el que lo soliciten deban permanecer en él, sin que puedan utilizarlo como base para trasladarse inmediatamente a otro.

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