El director de Médicos Sin Fronteras (MSF) España, Daniel Noguera, ha pedido que se respete el estatus de refugiado a los 630 migrantes del buque Aquarius que desembarcarán el domingo en el puerto de Valencia, y que todos ellos “tengan derecho a presentar su caso”.

En declaraciones a los periodistas en el puerto de Valencia, Noguera ha asegurado que estos migrantes proceden de Libia, donde han tenido que soportar “niveles sufrimiento altísimos”.

“Muchas personas que vienen en este viaje han sufrido directamente violencia o extorsión y prácticamente todos han sido testigos directos de situaciones de este tipo”, ha destacado.

El director de MSF España ha manifestado que, una vez lleguen los tres buques, son las autoridades españolas y valencianas las que tienen que proceder con los procesos que crean convenientes, pero ha reclamando que “el estatus de refugiado se respete y que todas las personas tengan derecho a presentar su caso”.

Ha pedido que “todos los derechos de estas personas sean respetados” y ha recordado que el derecho de asilo es “un derecho humano fundamental que la Unión Europa y los países que forman parte de ella no han sido capaces de garantizar a muchas de estas personas, que en muchísimos casos huyen de situaciones de violencia y explotación”.

“Todo el mundo entiende que si metes a tu familia y tus hijos en el mar es porque realmente lo que dejas atrás es muy peligroso”, ha dicho, y confía en la sensibilidad de las autoridades y en que “se respeten los derechos de estas personas”.

El responsable de MSF ha advertido de que el episodio del Aquarius sienta un precedente “muy peligroso”, que obligará a esta organización humanitaria a “repensar las operaciones de rescate”, pues estas tienen que continuar y en este caso, tiene un barco que está “perdiendo ocho o diez días de operaciones”.

Ha afirmado que esta situación debe obligar, especialmente a la Unión Europa, a replantearse el modelo, pues ve “inaceptable que sigamos con estos niveles de sufrimiento y moralidad” en el Mediterráneo, que “se ha convertido en el corredor migratorio más mortífero”.

Ha deseado que este episodio del Aquarius, que tiene tanta notoriedad, sirva no solo para las 630 personas que viajan en él, sino también como “un punto inflexión” para propiciar “un cambio radical” que permita ofrecer una respuesta “más solidaria y humana para parar este escenario de mortalidad y sufrimiento que estamos viviendo desde hace tanto tiempo en el Mediterráneo”.

Sobre la travesía del Aquarius, ha explicado que está siendo “demasiado larga” con momentos de “incertidumbre” y “muchos episodios de mareos y vómitos” por las condiciones meteorológicas, pero en general “el viaje discurre de forma normal” y espera que llegue “sin mayores dificultades”.

Ha explicado que en el barco viajan colectivos especialmente vulnerables, como niños y mujeres embarazadas; también gente con quemaduras, algunos de segundo grado por la mezcla del agua y el combustible, y todos ellos tienen niveles de estrés alto por las experiencias traumáticas vividas.

Sin embargo, ha asegurado que los médicos que viajan con ellos están habituados a estas situaciones, y ha afirmado que los pacientes están estables y que “no hay pacientes críticos entre los menores”.