La fiscalía exige dos años de prisión por homicidio imprudente para un agente de los Mossos d’Esquadra que mató de un disparo accidental a un sospechoso en un forcejeo. La acusación alega que el cabo de los Mossos d’Esquadra, David G., «optó por llevar el arma sin el correspondiente seguro» mientras realizaba un registro a la vivienda del fallecido junto con otros siete compañeros.

El acusado entró en la vivienda para cumplir con una operación antidroga en mayo de 2004. En ella se encontraban durmiendo siete personas de origen marroquí, una de las cuales se alzó contra uno de los agentes, «cogiendo la mano en la que empuñaba el arma e iniciando con el mismo un forcejeo», según las conclusiones del fiscal.

El juez archivó un año después las acusaciones por tráfico de drogas a los residentes del domicilio, pero el fiscal ha pedido ahora cuatro años de inhabilitación y de privación del derecho de tenencia de armas para el mosso, así como una indemnización de 181.000 euros para la esposa y las hijas de la víctima. En el mismo escrito, además, solicta que se declare como responsable civil subsidiaria a la Generalitat.

En el auto de apertura del jucio oral, el juez de instrucción número 1 de Santa Coloma de Gramanet ha requerido al procesado y a la administración autonómica 600.000 euros en concepto de fianza. Las dos acusaciones particulares – la familia del fallecido y sus compañeros de piso – y una acusación popular a nombre de la comunidad de inmigrantes de Santa Coloma, han solicitado también cuatro años de prisión por homicidio imprudente.

El fiscal considera que los agentes entraron a la vivienda empuñando sus revólveres cuando no disponían de información cierta sobre el número de personas que había dentro, ni si éstas estaban armadas.