La mayoría de la población eibarresa acoge de modo positivo la inmigración

Sólo un 12% de la población autóctona cree que la presencia de personas extranjeras tiene un impacto más bien negativo en el municipio

El Correo, 19-04-2006

La gran mayoría de la sociedad eibarresa «considera favorablemente la inmigración» y sólo un 12% cree que la presencia de inmigrantes tiene un impacto más bien negativo en el municipio. El Plan Local de Inmigración concluye, tras la realización de una encuesta entre la población autóctona de Eibar, que se pueden establecer una serie de «características positivas» respecto a la percepción de la población en relación al fenómeno de la inmigración.

Todos los colectivos de inmigrantes reciben una valoración positiva (calificación por encima del ‘aprobado’) en cuanto a la simpatía que despiertan en la población de acogida.

La encuesta de la que se han obtenido estos datos fue realizada entre 200 eibarreses, distribuidos proporcionalmente por sexo y grupo de edad.

Una conclusión más es que la población autóctona de Eibar considera mayoritariamente (un 66%) que las personas inmigrantes deberían acceder a la regularización, incluso aunque no tengan un trabajo.

Además, la asistencia de hijos e hijas a colegios con alumnado inmigrante no parece suponer ningún problema para la mayor parte de la población (70,6%), independientemente del número de inmigrantes que acudan al mismo centro educativo.

Por otra parte, la convivencia con las personas inmigrantes «no resulta conflictiva» para la práctica totalidad de las ciudadanas y ciudadanos de Eibar, pues menos del 1% considera que es mala. Finalmente, y a modo de conclusión, los entrevistados reiteran que las administraciones deberían favorecer más la integración de la población inmigrante.

Puntos preocupantes

Toda esta valoración general positiva, añade el documento del Plan Local de Inmigración, se ve matizada por algunas cuestiones que, «aunque no invalidan una visión global de una convivencia sin grandes problemas, sí apuntan algunos rasgos que pueden considerarse preocupantes para la integración». Entre estos ‘puntos negros’ en los que inciden los encuestados figuran la importancia de las diferencias culturales identificada en las relaciones con los extranjeros, el rechazo al alquiler de viviendas a inmigrantes por una parte relevante de la población o la voluntad de que, en el proceso de integración, la población inmigrante modifique sus costumbres y las adapte a la sociedad de acogida.

A modo de conclusión, cabe destacar que la población inmigrante comparte con la sociedad de acogida una serie de dificultades, como el acceso a empleos de calidad o a una vivienda.

Sin embargo, el diagnóstico pone de manifiesto los efectos particularmente negativos que genera «el desconocimiento de los mecanismos e instrumentos de la sociedad de acogida, la dificultad idiomática o las barreras culturales, que sitúan al colectivo de inmigrantes en clara posición de desventaja respecto al resto de ciudadanos y ciudadanas».

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