Lola Boluda: «La multiculturalidad solo funciona conociéndose y mirándose a los ojos»
Diario Vasco, , 24-05-2018Este sábado se escuchará, hablará y jugará en muchos idiomas junto a la torre de Atocha. El Encuentro de Juegos del Mundo, dentro del Olatu Talka, reunirá a familias implicadas en ‘Ongi etorri eskolara’, un proyecto impulsado por Lola Boluda y Dorleta Mikeo que trabaja eso tan grande de la convivencia multicultural desde la distancia corta, en las escuelas y entre familias autóctonas y venidas de fuera.
- Esto del ‘Ongi etorri eskolara’, ¿empezó con unas madres hablando en el patio de la ikastola Aitor?
- Fue hace tres años y medio. Yo soy de Valencia, donde ya se vivió el proceso que ahora vive Euskadi. Allí trabajé como socióloga en el Observatorio de las Migraciones. Al venir a vivir aquí hace diez años, empieza a darse el proceso de más llegada de familias de otros países. Cuando matriculo a mis hijos en la ikastola Aitor veo que los colegios no están preparados para la nueva realidad. Veía que en el patio las familias latinoamericanas se juntaban sólo con las latinoamericanas, las familias chinas recogían a sus hijos y se iban corriendo, muchos tenían problemas para entender las notas en euskera, los profesores se enfadaban porque los alumnos no traían las cosas o no llegaban a tiempo… Un grupo de madres y padres del ámbito de lo social decidimos montar una reunión y ver qué podíamos hacer.
- ¿Qué surgió?
- La idea de hacer un intercambio real y equitativo, porque la escuela es un espacio privilegiado para poder establecer relaciones de igualdad: eres una ama y una ama, un aita y un aita, y lo demás queda más difuso. Presentando a una familia euskalduna de la ikastola una familia recién llegada a la que apoyen ese primer año en que no conocen la ikastola, el barrio, los recursos, puede que ni el idioma. Así surgió el programa ‘Familia laguna’. El primer año fue una prueba piloto con cuatro parejas de familias en Aitor ikastola.
- Las de aquí no actúan exactamente como anfitriones, ¿no?
- La filosofía del proyecto es que ambas familias trabajen juntas, que la de aquí aproveche ese conocimiento de otra cultura a su alcance y la que llega tenga un referente en su proceso de cambio. Tanto la cultura que recibe como la que llega tienen que estar empoderadas; si no, no hay intercambio posible. Siempre hay desigualdades, pero hay que mitigarlas y que la base sea el respeto.
- ¿Y aquellas primeras relaciones funcionaron?
- Exitazo total. Surgieron complicidades, las familias de fuera empezaron a interesarse por la cultura euskalduna, se animaron a acudir a las reuniones que, como la familia amiga les traduce, pueden seguir desarrollándose en euskera, con lo cual el euskera no pierde terreno. El éxito nos hizo diseñar un proyecto integral, ‘Ongi etorri eskolara’. En el Ayuntamiento les gustó tanto que nos animaron a extenderlo, mediante un concurso abierto al que nos presentamos ya como cooperativa formada por Dorleta Mikeo y yo. Todas las personas que trabajan para nosotras son también mujeres. Ahora estamos en doce escuelas.
- ¿Con qué obstáculos se han encontrado?
- Primero, el propio volumen del proyecto. Ya tenemos 320 ‘familias lagunak’ y buscamos cómo extenderlo sin perder su esencia. Otra dificultad ha sido que al principio los centros escolares tenían reticencias hacia algo de fuera y han tardado en asumir el proyecto como suyo.
- La convivencia en multiculturalidad suena de maravilla pero qué difícil hacerla real.
- Nos hemos dado cuenta de que lo que realmente funciona son las relaciones cercanas y de igualdad. Es ahí, conociéndose, mirándose a los ojos y sin nadie sintiéndose menos, cuando surgen la solidaridad y los intercambios de favores. Hay muchos pequeños logros.
- ¿Qué hacer con quien ve con reticencia al inmigrante?
- Se tiene que trabajar más con la gente de aquí que con la que viene de otro país. Muchas veces desconocemos totalmente su situación y los prejuicios y tópicos ocupan ese lugar. Hay que trabajarlo a tiempo.
- El Encuentro de Juegos del Mundo que harán en el Olatu Talka (plaza Blas de Otero, tarde del sábado), ¿qué tiene que ver con todo esto?
- Es una forma de visibilizar nuestro proyecto y también de celebrarlo con las familias implicadas. No es una actividad folklórica sino una forma de conocer distintas culturas. Tendremos cuentacuentos en muchas lenguas, un dragón chino, un taller de danza africana, juegos de Mongolia, como uno que tienen muy parecido a nuestra taba, conciertos, una gymkana de idiomas… También un ‘trivial multicultural’ con preguntas diseñadas por familias de Biteri, Ategorrieta y Zuhaizti. La actividad ‘Elkarri Ekarri’ pide a través de las escuelas que personas de distintas procedencias traigan objetos y fotos de sus países y los expliquen, formando una exposición viva sobre una plataforma móvil.
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