Investigan una pelea entre miembros de dos bandas juveniles en una plaza de Zaramaga

Unos 20 miembros de Gatilleros y del Combo de Arriaga se citan para un duelo en plena calle y huyen ante la aparición de las patrullas, pero varios son identificados

El Correo, DAVID GONZÁLEZ, 03-05-2018

Los testigos hablan de un corrillo de adolescentes en una plaza de Zaramaga. Hay dos bandos diferenciados por sus indumentarias y el tono de los pañuelos en sus cabezas. Dos chicos se colocan en el centro. Comienzan a golpearse. El resto jalea sin intervenir. Está prohibido ayudar. Se trata de una pelea programada para medir fuerzas entre dos bandas juveniles. Tuvo lugar este mismo martes a eso de las 20.30 horas. Éste es el diagnóstico manejado en la Policía Local, cuerpo que la disolvió tras atender llamadas ciudadanas en el 092.

Al aparecer las dotaciones, los protagonistas huyeron en varias direcciones. Algunos acabaron identificados. Pero no dijeron ni mu. Sin embargo, las pesquisas posteriores aclararon lo ocurrido. Los agentes pusieron nombre a ambos bandos; los Gatilleros y el CDA, acrónimo del Combo de Arriaga. Son las dos bandas juveniles que figuran a día de hoy en las bases de este cuerpo y de la Ertzaintza. Entre ambas han absorbido a buena parte de las otras cinco que existían (Combo del Pilar, Grupo de Zaramaga, Grupo Parque del Norte, CL 511 y Combo Aranbizkarra – CMPB).

Se calcula que entre los dos grupos «superan los 150 jóvenes». La gran mayoría «son de origen latino, pero también cuentan con contados chavales magrebíes y autóctonos», describen fuentes policiales.

En sus filas hay predominio de menores pero también algún veinteañero. La nueva hornada de un fenómeno detectado por primera vez en el municipio en 2005, con una ola de extorsiones para el uso de los campos de futbito del parque de Molinuevo. 2011 fue el peor año. Hubo una pelea multitudinaria que empezó en Mendizabala y acabó en San Martín. Hace apenas tres años, Ertzaintza y Policía Local tenían identificados «a unos setenta jóvenes» por su relación con algún combo.

Los miembros de estas pandillas, no obstante, suelen colgar el pañuelo al alcanzar la mayoría de edad, cuando las consecuencias legales se endurecen. «Unos vuelven al buen camino, otros siguen delinquiendo hasta el punto de convertirse en ‘habituales’ y el resto simplemente se ha ido a otros lugares». Para ingresar en alguna banda, por ejemplo, deben superar ritos de iniciación ligados a menudo a la violencia.

Aunque su influencia, maneras e historial se hallan «a años luz de lo que ocurre en otras ciudades como Madrid», estas quedadas, más su presunta implicación en delitos a pequeña escala, preocupan en las comisarías de Aguirrelanda y de Portal de Foronda. «Cada vez van a más en sus acciones», advierten agentes sondeados. La pelea programada de este martes pudo deberse «a una cuestión de territorialidad». De hecho se desarrolló cerca de la supuesta frontera que divide las áreas de influencia de Gatilleros y de CDA.

No es la primera vez que se enfrentan ambos grupos, integrados por chicos «de hasta 14 años». El anterior episodio conocido data de las horas previas a la batalla campal en la calle Dato – ajena al fenómeno de las bandas – desarrollada la madrugada del domingo 8 de abril. Aquel incidente se saldó con siete detenidos y otros tantos agentes heridos.

La Ertzaintza mantuvo esa noche un importante dispositivo preventivo en las cercanías de la discoteca de ambiente latino ubicada en la plaza de la Estación. ¿La razón? Había informes de que miembros de Gatilleros – nombre que alude a los sicarios colombianos – y del CDA habían quedado para atizarse. Al final no aparecieron ni unos ni otros.

Pese a estos antecedentes, en la comisión de Seguridad Ciudadana de ayer, el concejal titular, Carlos Zapatero, restó importancia a los dos combos. «Imitan la organización y la estructura de las bandas latinas» para matizar que «no son aún bandas organizadas». Remarcó la «coordinación» de los dos cuerpos policiales para el seguimiento y control de ambas pandillas y que «no sea un problema en el futuro».

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