El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, acusó ayer a Turquía desde el Parlamento de Grecia, en Atenas, de actuar de forma «ilegal» en el Mediterráneo, al mismo tiempo que reiteró que Ankara debe respetar el derecho internacional y normalizar sus relaciones con todos los países de la UE, incluido Chipre.

«Estos últimos años la UE ha acordado una ayuda financiera y técnica sustancial para que Grecia haga frente a un flujo inédito de refugiados. Y Grecia ha conseguido mucho, principalmente, para asegurar el buen funcionamiento de nuestro acuerdo con Turquía», afirmó. «Sé lo difícil que es, sobre todo en un momento en el que Turquía sigue llevando a cabo acciones ilegales en el Mediterráneo Oriental y en el mar Egeo», añadió justo después.

El jefe del Ejecutivo comunitario explicó que en la cumbre de Varna (Bulgaria) tanto él como el presidente del Consejo, Donald Tusk, le recordaron al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que Ankara tiene «la obligación de respetar el derecho internacional y las relaciones de buena vecindad».

Juncker aprovechó su discurso para recordar que dos militares griegos siguen en prisión en Turquía y ha pedido su liberación porque, a su juicio, no es cierto que representen una «amenaza». «No me digan que la presencia de dos soldados en suelo turco constituye una amenaza para Turquía. No es verdad y por tanto es necesario liberar a los dos soldados griegos», reclamó.

Un tribunal de Turquía prorrogó la detención de los dos soldados, detenidos en marzo tras cruzar la frontera y entrar en una zona militar de la provincia de Edirne.