«A la ministra le pusieron de idiota, pero lo inteligente es hacer pisos de 40 metros»

«El problema no se resuelve construyendo 7.000 casas, sino entregando las llaves pronto»

El Correo, 16-04-2006

Jaime Rubias habla de carrerilla sobre la vivienda, sus números y lagunas, un tema candente y de permanente actualidad que, en su opinión, no ha sabido adaptarse a la nuevas necesidades sociales. El presidente de los agentes de la propiedad inmobiliaria de Álava – un sector con casi 160 negocios y sólo 23 titulados – disecciona el panorama del ladrillo en Vitoria.

– El precio de la vivienda libre ya tocó techo en la capital alavesa y ahora se mantiene estable. ¿Bajará alguna vez?

– Es virtualmente imposible. Tiene que subir como mínimo el IPC, salvo que el Ayuntamiento regale los terrenos. Si se construye mucha vivienda de VPO – como cuatro veces lo que se está haciendo – es factible que baje un poco la de segunda mano.

– ¿Cuándo podría pasar eso?

– Yo calculo que dentro de diez años. Para entonces la oferta y la demanda serán equiparables.

– ¿En qué porcentaje se sobretasan los pisos usados?

– Entre un 25 y 30%. Los propietarios siempre nos piden que los pongamos a 60.000 y 90.000 euros más. Por eso, yo ya no taso más. Recuerdo que un día me encontré con el alcalde y me dijo ‘¿oye, Jaime! ¿Cuándo vais a bajar los pisos?’ Yo pensé ‘si me lo dice en serio no tiene ni idea de cuál es el problema de la vivienda en Vitoria. Y si me lo dice de broma es de mal gusto porque los precios los ponen los propietarios, no yo’.

– ¿Llegó a alguna conclusión?

– Ahora conoce bastante bien el tema de la vivienda…

– ¿Ahora? Está acabando su segunda legislatura…

– Bueno, en la primera puso me – dios. Le aclaro que soy totalmente apolítico.

– ¿Eso quiere decir que no vota?

– Voto, pero no puedo casarme con ningún partido, aunque soy simpatizante de uno. Y no es precisamente el PP.

– Me decía que Alfonso Alonso sabe cuál es la problemática de la vivienda.

– Sí, pero ni él ni los que están a su lado son capaces de resolver la magnitud del tema. Se están po – niendo medios, pero la cuestión no se ataja haciendo 7.000 viviendas, sino entregando pronto las llaves.

– Ustedes, los agentes, son muy críticos con ese mercado tan grande de protección oficial porque ha hecho que mengüen las promociones de pisos libres. Pero eso, a su vez, ha propiciado que se desalojen casas. ¿De veras tienen razones para protestar?

– Sí, pero no porque se hagan viviendas de VPO sino porque se está cumpliendo una norma, la ‘ley Maturana’, que está desfasada en el tiempo y en la forma. El otro día leí que el español medio joven no puede optar, por sus in – gresos, más que a pisos de 26, 28, 30, 37 metros. Eso es una falacia.

– ¿Qué quiere decir?

– Que nadie compra los pisos por metros cuadrados, sino por precio. La ley de VPO te dice que tienen que tener 90 metros y eso es un error. La gente de 30, 35 años, no es como esos matrimonios antiguos que soñaban con tener 3 ó 4 hijos. Ahora lo normal es que no piensen en ello. ¿Por qué empeñarse entonces en darles pisos de 90 metros? Hacer dos de 45 resolvería dos problemas: el coste sería mucho menor y los compradores no tendrían que ser esclavos de por vida de las hipotecas.

– ¿Defiende entonces la polémica propuesta de la ministra Trujillo de los ‘minipisos’?

– La pusieron de idiota, cuando eso es lo inteligente.

«Cementerio» de locales

– ¿De qué se compone su oferta inmobiliaria actual?

– En construcción prácticamente no hay nada. Y de segunda mano, en todo Vitoria habrá unos 200. Si hablamos de locales, apenas se venden, a menos que estén en el puro centro. Las grandes superficies han hundido por completo este mercado. En un plazo de dos años Vitoria va a ser un cementerio de locales. Nadie se arriesga a abrir un negocio. En cualquier barrio queda el punto de venta de pan, el bar y oficinas.

– ¿Qué me dice del alquiler?

– Ahora hay más que nunca porque el arrendamiento sobrepasa los 700 euros, pero apenas hay quien pague eso. El 99% de los demandantes son inmigrantes. Pero se tienen que juntar varias familias para hacer frente a la renta. Y surgen los abusos.

– ¿Por ejemplo?

– Yo he denunciado verdaderos negocios de inmigrantes a consta del Ayuntamiento. Unos, pocos, porque no pagan. Otros, por subarrendarlos cuando resulta que reciben 500 euros del Consistorio para vivir. Cobran cada habitación a 300 euros, con lo que al mes sacan 3.000 euros y encima reciben ayudas. El Ayuntamiento no controla lo suficiente. No es normal que admita un empadronamiento de 22 personas en un mismo piso. Pasa como con los sorteos de pisos.

– ¿A qué se refiere?

– Que crean agravios comparativos porque no se estudia la situación de los demandantes. Cualquiera no puede tener derecho a optar a una vivienda por el mero hecho de tener un mínimo de ingresos. No es justo que a dos inmigrantes que acaban de llegar les toque una y que a gente que paga impuestos desde hace veinte, no. Tampoco que le suceda eso a un chaval de 28 que casi no ha empezado a trabajar mientras que hay familias enteras hacinadas.

Casas de VPO cerradas

– El alcalde Alonso está pensando en una nueva promoción de pisos tasados tras la de Esmaltaciones. ¿Qué le parece?

– En la época de Cuerda quien quería una vivienda tenía que ir a Lakua. La Administración dirigía la vida del ciudadano. Ahora, la gente puede elegir pagar un poco más y dónde quiere vivir.

– ¿Atisba alguna sombra detrás del ‘boom’ actual de apartamentos tutelados?

– Ese modelo es bueno. Los mayores necesitan ser atendidos y a menudo su familia no puede. Ahora bien, cuando el constructor deja de lado ese sentido social para hacer dinero, hay que dar leña.

– La nueva regulación que prepara el Gobierno vasco prohibirá su venta. ¿Lo aplaude?

– Si es con unas condiciones, sí. Porque ¿qué pasa con el dinero que una persona que fallece ha enterrado en el pago de una vivienda? Las regulaciones son buenas si después se vigila que se cumplan. Pero eso no pasa siempre. Ahí están los pisos de VPO. ¿Cuántos hay cerrados?

– ¿Cuántos?

– Más de un 5% de los que se entregan. Oyes decir que se va a crear un cuerpo de inspectores. Eso no se hará nunca. No interesa.

– Las hipotecas han subido casi dos puntos en un año y medio y los intereses se sitúan ya en torno al 4%. ¿Seguirá la racha?

– Sí. En dos o tres años llegará al 6%. La cajas van a tener muchos problemas y muchas parejas lo van a pasar muy mal. Se van a enfrentar al trauma moral de no poder pagar cuando hacen todo lo posible para ello.

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