Ai Weiwei: «La crisis de refugiados demuestra que algunos países de Europa son muy egoístas»
El artista y disidente chino se lanza a la dirección del documental con «Marea humana», un recorrido por 23 países para conocer la realidad de los refugiados
ABC, , 10-04-2018Cuando los medios de comunicación dejan de mirar a un lugar, este desaparece. Al menos para la mayoría de la gente. Los 65 millones de desplazados que transitan por el planeta –la cifra más alta desde la Segunda Guerra Mundial– ya no son noticia, pero a veces, y solo a veces, el hueco que deja la prensa lo ocupan artistas o intelectuales. El cine, de la mano de nombres como Philippe Lioret, Gianfranco Rosi, Kaurismäki o Guediguian, ha tratado en los últimos años de explicar qué hace la ensimismada Europa con los refugiados. Fuera de la ficción, y con una vocación más global, el artista y disidente chino Ai Weiwei se adentra en esta odisea con el documental «Marea humana», en el que ha visitado 400 campamentos de 23 países para obligar a mirar a los que nadie quiere ver.
P – En algunas de sus obras más populares, usted es el protagonista. Aquí pone el foco en los demás sin dejar de aparecer en cámara, ¿está especialmente orgulloso por ello?
R – Cuando empecé a rodar esta película fue por interés propio, porque quería conocer la realidad y el problema de los refugiados de todas las regiones del mundo. A medida que fui avanzando, me di cuenta que hay mucha gente desconocía el tema, por lo tanto tuve que cambiar la forma de rodar. Repasando mi carrera, me ha pasado con casi todas mis obras artísticas, con todas mis creaciones. Lo que me gustaría con este documental es llamar la atención de los países que tienen que responsabilizarse del problema de los refugiados. Tras hablar con ellos, me han trasladado la idea de que no están en condiciones de expresar sus opiniones y por lo tanto estoy muy contento de poder aportar mi granito de arena.
P – Dice en el documental que hay 65 millones de refugiados. Con ese dato, ¿cree que sería mejor un mundo sin fronteras?
R – Es imposible que no haya fronteras. Y, además, debido a los diferentes valores religiosos, políticos, económicos… las fronteras van a existir para siempre. Pero es verdad que las fronteras están en constantes cambios. Hay fronteras nuevas, países que se unen, también que se separan… Por eso creo que las fronteras físicas no son lo más importante, lo más importante es que a través de ellas podamos reconocer las diferentes identidades y valores, y la dignidad para proteger estos factores de diferentes lugares. Conocer de forma correcta las fronteras nos ayuda a reducir las guerras.
P – En una de las escenas más controvertidas de «Marea Humana» se intercambia el pasaporte con un refugiado. Conociendo sus problemas en China, ¿le interesaría realmente cambiar de pasaporte?
R – La verdad es que nunca lo había pensado. Sí es verdad que mi situación en China hace que la gente piense que tengo suficientes motivos para cambiar de pasaporte, pero no voy a hacerlo. El tener un pasaporte o no es estar sometido a la amenaza del gobierno de un país. En el documental, esa escena tiene un toque irónico porque me pasa a mí, que hace dos años no tenía pasaporte. El documento que me ofrecen no tiene ningún valor porque, siendo refugiado, da igual: siempre serás refugiado y no estarás protegido. Tampoco tienes la seguridad de vivir en ese país, que es algo que también me pasa a mí. Son dos conceptos diferentes de refugiados, pero estamos en la misma situación.
P – ¿Cree que se parece realmente la vida de un refugiado y de un exiliado?
R – Creo que los exiliados son parte de los refugiados porque por diferentes opiniones políticas o religiosas, o porque son disidentes, se han visto obligados a abandonar su país para tener un mínimo espacio para sobrevivir. Por eso son parte de los refugiados.
P – Europa ha recibido muchas críticas por el tratamiento de los refugiados. Para usted, que viene de un país como China que no respeta los derechos humanos, ¿cómo cree que ha gestionado Europa este asunto?
R – Cuando salí de China y miré hacia Europa me sorprendió muchísimo porque me parece que no han hecho lo suficiente. Es cierto que han acogido a algunos, pero no estamos hablando de eso, estamos hablando de cómo darles una vida digna. Esta crisis humanitaria demuestra que algunos países de Europa son muy egoístas. El egoísmo existe porque cuando tratamos un tema, siempre lo hablamos desde nuestros intereses, y nuestros intereses siempre están por encima de lo demás. Creo que Europa tiene que pensar hasta dónde quiere llegar y cuál ha sido el recorrido que ha hecho. Y eso que es verdad que vengo de China, donde en muchas ocasiones he expresado mi opinión, que no encaja con lo que dice el Gobierno.
P – ¿Ha sentido alguna vez miedo al expresar esas opiniones?
R – Afortunadamente no he sentido miedo en ningún momento y siempre he podido contar con el apoyo de mis seres queridos. Por eso he podido hacer siempre el trabajo que me ha gustado.
P – Un político como Al Gore introdujo en la agenda mediática el asunto del cambio climático. ¿Es su objetivo con este documental?
R – En cierta parte, sí. El objetivo es que más gente conozca el problema de los refugiados, incluida la gente de mi país. Creo que ahora en China yo tengo un gran problema, y es que mi nombre no puede salir, no se puede mencionar. Y por eso este documental está vetado: no es por el documental, es por la sensibilidad hacia mi nombre. Ahora bien, como el contenido del documental no trata problemas sociales de China, sí que sería aceptado si cambiáramos el nombre del director.
P – ¿Ha pensado en meterse a político?
R – De momento, no. No creo que lo haga
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