La paciencia de los socialistas en la reforma del Estatuto de Autonomía se agota. Confiesan que están cansados de intentar acercar sus posicionamientos a los de los partidos de la oposición – sobre todo al Partido Popular y Partido Andalucista – para intentar disminuir el número de enmiendas que estas formaciones presentaron a la proposición de ley sobre la modificación del articulado andaluz.

Los populares se muestran decepcionados por la posición del PSOE en temas claves como la denominación de Andalucía o el aumento de competencias por encima, según el PP, del límite constitucional.

Ayer, tras la sexta y penúltima jornada de trabajo de la segunda fase de la Ponencia sobre la reforma estatutaria, las posiciones de unos y otros son, salvo matices de mayor o menor calado, las mismas.

El PSOE ha lanzado un mensaje claro: Se les ha agotado el margen para ofrecer novedades al resto de los grupos en la redacción de la máxima norma andaluza. Manuel Gracia, portavoz del grupo parlamentario socialista, reclama a los grupos de la oposición que muevan ficha y que protagonicen un gesto de acercamiento.

Intento

Recuerda que el PSOE ha sido el único que, en el apartado de denominación de Andalucía, ha hecho un intento de aproximación a los postulados del resto – sobre todo de IU y PA – introduciendo el término ‘realidad nacional’ y destacando en el preámbulo que la Constitución de 1978 es el baluarte de los derechos y libertades de todos los pueblos de España – en un intento de contentar al PP – .

Se queja, no obstante, de que el PA se ha quedado estancado en la definición de ‘nación’ – que cuenta con el claro rechazo del presidente Manuel Chaves – y que el PP persigue que se transcriba textualmente la Constitución en el Estatuto. Sólo reconoce algún cambio al respecto en la posición de Izquierda Unida.

Así las cosas, los ponentes tienen como fecha improrrogable hasta el próximo lunes día 17 para cerrar el texto que debe aprobar la Comisión de Reforma Estatutaria, paso previo para el pleno que se celebrará en mayo y que supondrá el punto final al trabajo institucional en Andalucía. El futuro del Estatuto pasará a manos del Congreso de los Diputados y, finalmente, a la de los andaluces que lo deberán refrendar en las urnas.

El consenso que se dibujó tras la cumbre de líderes políticos andaluces de primeros de marzo aparece lejano en un horizonte que cada vez más cercano.

«Las golondrinas no traen la primavera, pero la anuncia». La frase es de Antonio romero, uno de los dos ponentes de IU en la reforma, y glosa el convencimiento de que PP y PA se están preparando para votar que ‘no’ al Estatuto andaluz.

Suspense

Antonio Sanz e Ildefonso Dell’ Olmo, portavoces de PP y PA, respectivamente, evitaron pronunciarse ayer de forma clara al respecto. Ambos hipotecaron la decisión final hasta que se pronuncien los órganos de sus partidos. Sanz insistió en el fracaso que, a su juicio, ha constituido esta segunda fase de trabajos. Dell’ Olmo, por su parte, puso el acento en que el Estatuto catalán aventaja claramente al andaluz en los tres ejes básicos: Definición, financiación y codecisión.

El pesimismo no reinó en todas las comparecencias tras la reunión de ayer. Concha Caballero, portavoz de IU, destacó el avance en materia de inmigración porque, tras la inicial negativa del PSOE se ha convertido en un ‘sí’ a medias.

De hecho, el nuevo Estatuto dispone que la Junta tendrá competencias ejecutivas en el proceso de regulación de aquellos inmigrantes que trabajen en nuestra comunidad, reservando al Gobierno central la potestad en cuestiones de residencia.