Hungría pidió hoy la dimisión del alto comisionado para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, por haber calificado al primer ministro húngaro, el conservador nacionalista Viktor Orbán, como “racista” y “xenófobo”.

“El alto comisionado acusó al primer ministro de Hungría de xenófobo, algo que tenemos que rechazar”, declaró el ministro de Asuntos Exteriores magiar, Peter Szijjártó, en su discurso en la 37ª sesión del Consejo de Derechos Humanos (CDH) en Ginebra, recogido por la prensa del país centroeuropeo.

Agregó que alto comisionado de la ONU calificó como “inaceptable” que Al Hussein comparara hoy a Hungría “con el régimen más opresor del siglo XX”.

Por eso y tras el discurso de hoy, dijo el ministro húngaro, el alto comisionado “debe dimitir”.

Al Hussein había denunciado que “la opresión se ha puesto otra vez de moda” y que “los principios elementales de las libertades están en retroceso”.

“Hasta la vergüenza de defender tales posiciones se ha perdido”, se lamentó y mencionó explícitamente a Orbán, quien recientemente dijo que no desea ni él ni sus conciudadanos que “su color de piel se mezcle con el de otros”.

“Los xenófobos y racistas ya ni se sienten incómodos en Europa, como es el caso de Viktor Orbán en Hungría”, enfatizó el alto comisionado, cuyo mandato al frente del Alto Comisionado vence en agosto próximo.

Orbán ha rechazado en los últimos dos años categóricamente la inmigración, que considera como un “peligro” a la cultura europea y la relaciona con el terrorismo.

El gobierno conservador de Hungría ha centrado su actual campaña electoral para los comicios del 8 de abril en el supuesto peligro que constituyen los refugiados e inmigrantes para el país.

Según las más recientes encuestas, Orbán es un claro favorito para ganar con su partido Fidesz las elecciones generales con una amplia mayoría absoluta, que posiblemente le devuelva incluso la mayoría de dos tercios en el Parlamento.