La escalofriante escena final de El planeta de los simiosmuestraladesesperación infinita de un Charlton Heston que acaba de descubrir que lo que fue su tierray su civilización hansido colonizadas y destruidas por otra especie, más agresiva y con menos escrúpulos. Es la misma especie que está enraizando – poco a poco, sin freno y alimentada por multas irrisorias y medidas cosméticas que no atajan el problema – en los campos de fútbol de toda España. Anoche, una parte de la grada de los Campos de Sport – pequeña, pero muy audible – provocó verdadera vergüenza ajena cuando abucheó con los gritos que imitan a los monos a Samuel Eto´o: la diana favorita – pero ni mucho menos la única – en muchos estadios españoles.
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LadeSantander nofue la escandalosa reacción de La Romareda en el último Zaragoza – Barça, ni la hiriente actitud de parte del público del Getafe en las dos últimas temporadas. Sin embargo, resultó aún más sorprendente que aquellas en las que había mucha tensión sobre el césped. Anoche surgieron los gritos y los abucheos – y los cánticos “Vete del campo, Eto´o, vete del campo” – cuando no había habido ni la más mínima polémica entorno al camerunés, ni unajugada controvertida, ni siquiera una hipotética salida de tono o protesta del ariete barcelonista. Es más, cuando la algarada xenófoba empezó a emerger – minuto 20 – el camerunés apenas había olido la pelota. Claro: marcó el 2 – 2 y la burla explotó, fue más que minoritaria.
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Eto´o se fue del campo y del estadio sin decir palabra. Damià Abella – barcelonista cedido al Racing – tuvo un buen detalle con él, le dio unas palmadas en la espalda cuando el lateral fue sustituido y luego, a la salida de vestuarios, le saludo con efusividad tras tener un pique sobre el césped. Eto´o no quiso hablar con nadie. Subió al autobús y luego se bajo un instante para firmar autógrafos. El mejor jugador africano en los últimos tres años, el gran goleador azulgrana de los últimos dos, que ha superado los cien goles desde que llegó a España, vive entre la gloria de los goles y el insulto de la grada rival que, ¿por qué no? podría aplaudirle por su puntería. De nada sirve que Eto´o ya lleve 30 goles esta temporada (23 en Liga, a uno de su récord, 5 en Champions y 2 en la Supercopa). Su capacidad goleadora y creativa es directamente proporcional al odio racista que suscita en algunos campos.
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A la espera de la posible multa que se imponga al Racing, el colegiado del encuentro, Antonio Rubinos Pérez, dejó constancia por si había alguna duda de los brotes racistas de un sector del estadio que se acrecentaron poco después de que el camerunés marcara el gol del empate (el definitivo 2 – 2) pero que habían surgido quince minutos antes.
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“En el minuto 34 de partido – reza el acta arbitral – un grupo de aficionados profirieron desde la grada gritos que imitaban el sonido del mono, cuando el jugador n. º 9 del FC Barcelona D. Samuel Eto´o jugaba el balón”. Rubinos mandó que se alertase por los altavoces, pero nadie en el estadio oyó el mensaje que exhortaba al resto del público a que condenara “este tipo de conductas”. Nadie lo oyó porque casi todo el estadio estaba abucheando el mensaje de la propia megafonía.
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