Centenares de inmigrantes siguen saliendo todas las semanas a bordo de pateras desde Mauritania y Marruecos rumbo a Canarias, pese a los acuerdos entre España y estos países para poner freno a la inmigración irregular. En lo que va de año, 4.333 sin papeles, la mayoría subsaharianos, han alcanzado las costas canarias en estas embarcaciones, provistas de motores y dispositivos de localización GPS, donde viajan hacinados durante una media de tres días.

En las últimas jornadas, se ha comprobado que los traficantes han retomado la ruta del Sáhara Occidental hacia Fuerteventura, después de que España reimpulsara los acuerdos con Mauritania a este respecto. Las últimas pateras en llegar a esta isla fueron localizadas el sábado. Un total de 76 subsaharianos fueron detenidos, tras llegar a bordo de dos pequeñas embarcaciones. El pasado día 5, la Guardia Civil detectaba la llegada de otras dos pateras, con 77 personas.

La Delegación del Gobierno en Canarias aseguró a EL MUNDO desconocer la existencia de asentamientos de inmigrantes en el Sáhara dispuestos a salir hacia las islas; si bien el Delegado del Gobierno en Canarias, José Segura, no da por mala esta noticia, dada a conocer por diversos medios locales.

En estos casos, las pateras utilizadas son las tradicionales, de madera y con un tamaño de algo más de seis metros de eslora por dos de manga, que nada tienen que ver con las barcas de pescadores utilizadas desde las costas mauritanas. En estos días, la Guardia Civil está en alerta ante las buenas condiciones meteorológicas y de la mar.

Durante 2006 han llegado a Fuerteventura 16 pateras, con 589 inmigrantes a bordo. En marzo se registraron cuatro embarcaciones en esta isla con 150 inmigrantes, tres en febrero (108 inmigrantes) y cinco en enero (178).

Por otro lado, los acuartelamientos militares de Las Raíces, en Santa Cruz de Tenerife, y La Isleta, en Las Palmas de Gran Canaria, acogen en la actualidad a 800 inmigrantes, aunque su capacidad es de 1.000 personas. En Fuerteventura, el Ejército de Tierra ha habilitado otro centro con capacidad para 100 personas.

Barco rechazado

Mientras tanto, las críticas hacia la política de inmigración del Gobierno no cesa en el archipiélago. El PP celebró este sábado un foro con expertos en la materia en el que dio a conocer un manifiesto en favor «de una inmigración ordenada y regulada, que se convierta en una oportunidad para quien decide vivir en Canarias». El presidente del PP canario, José Manuel Soria, reclamó al Gobierno central medidas en el marco de la UE, en cumplimiento de los acuerdos adoptados en el Consejo Europeo de Sevilla en 2002, sobre visados, control de fronteras, lucha contra la inmigración ilegal e integración. Para Soria, «los procesos de regularización han causado no un efecto llamada, sino de rellamada, ya que las mafias sí están informadas de los cambios legislativos que se producen en Europa».

El PP también ha pedido aplicar los convenios de repatriación, negociar nuevos acuerdos con los posibles enclaves emergentes de inmigración ilegal, y restablecer y aplicar el Memorando sobre reagrupación familiar de menores extranjeros no acompañados.Por otro lado, el foro de inmigración sirvió para pedir el incremento de recurso de las Fuerzas de Seguridad en Canarias, especialmente en lo referente a control de fronteras y lucha contra las mafias.

Por otro lado, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha mostrado su preocupación por la suerte de cientos de inmigrantes que fueron localizados a bordo de un barco, con la intención de atracar en Canarias. El buque fue rechazado por las autoridades españolas al sur de El Hierro el pasado 1 de abril, por lo que CEAR ha pedido «la urgente localización del barco, por el riesgo que corren las personas que viajan en su interior».

Pie de foto titulada

TAMBIEN POR ALMERIA

Un total de 29 inmigrantes de origen magrebí, entre ellos una mujer, fueron rescatados ayer de una patera cerca de la Isla de Alborán. Salvamento Marítimo de Almería condujo a los inmigrantes, que presentaban buen estado de salud, al puerto de Motril (Granada), donde fueron atendidos por miembros de Cruz Roja.