El engaño consistía en hacer creer a los indocumentados que podrían conseguir
papeles
si los pedían por carta certificada y, en Valencia, en la oficina central de Correos.


Durante dos semanas y en plenas fiestas falleras, cientos de inmigrantes formaron largas e inútiles colas junto a la plaza del Ayuntamiento. Finalmente, la Oficina de Extranjería de Valencia recibió unas 600 solicitudes de regularización, según fuentes de la Delegación del Gobierno central.


Las peticiones son archivadas directamente, ya que no existe ninguna posibilidad de regularización mediante esta práctica. Las víctimas del bulo, además, sufrieron un doble engaño: hubo unos estafadores que, tras unos días de colas, comenzaron a vender a tres euros unos formularios que, además de antiguos e inservibles, eran gratuitos.


Ni la Policía ni las ONG ni las asociaciones de inmigrantes lograron convencer a las víctimas de que estaban siendo engañadas. Cualquier posibilidad de regularización, por inverosímil que pareciera, les llevaba a caer en la trampa.


“Estas solicitudes fueron completamente inútiles”, argumentaron desde la Delegación del Gobierno.


La mayoría de los engañados en los primeros días fueron inmigrantes subsaharianos. Muchos de ellos procedían de Guinea Ecuatorial.


Posteriormente el rumor llegó a ambientes frecuentados por paquistaníes y
sin papeles
de esta nacionalidad se unieron a los africanos en las colas.


Extensión del rumor

Desde la Delegación del Gobierno apuntaron que el bulo apenas se extendió por Castellón, mientras que en Alicante sí hubo algunas víctimas.


El origen de bulo se sitúa en Barcelona y Cádiz, según las mismas fuentes. El rumor se extendió incluso a las provincias limítrofes de la Comunitat Valenciana.


Inmigrantes de Murcia y Tarragona llegaron a desplazarse a Valencia, con la errónea esperanza de dejar así la clandestinidad.