“No es normal que lleguen hasta aquí tan bien orientados en 24 horas, desde Algeciras o la costa granadina”

En Gipuzkoa no se ha podido establecer un vínculo directo entre el incremento de menores extranjeros y una presunta mafia marroquí, investigada por la Ertzaintza, que organizaría los pases de frontera y el posterior traslado a tierras vascas. El Ejecutivo foral sí sospecha de redes informales de colaboración. Admite que ha detectado entre los menores “prácticas que sorprenden bastante. Los chavales llegan y preguntan por un educador, o cambia la sede de la Guardia Municipal de Donostia y están ahí al día siguiente. Algunas lógicas apuntan a que habría adultos detrás. No sabemos si se trata de una mafia, pero no es normal que chavales menores de edad lleguen con tanta facilidad y tan bien orientados a Gipuzkoa. Lo hacen en 24 horas, directamente desde Algeciras o la costa de Granada”.

Según explica Ignacio Fariña, miembro de la junta directiva de Harresiak Apurtuz, y en contacto permanente con los chavales, lo que está funcionando actualmente es el boca a boca entre los adolescentes: “Muchos de ellos regresan a su pueblo y cuentan al resto cómo se han organizado. Ahí comienza todo”.

La Ertzaintza lleva tiempo investigando las razones por las que el número de menores inmigrantes no acompañados aumenta en Euskadi, y especialmente en Bizkaia, donde en dos años se han triplicado las cifras de recepción. La consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, confirmó a mediados del mes pasado que en su departamento tienen “indicios” que apuntan “claramente a que puede haber una organización detrás” de este aumento. La titular de Seguridad explicó que la Er-tzaintza lleva tiempo investigando un hecho que es “palpable y objetivo”, haciendo referencia a una mafia marroquí que organiza los pases de frontera.

Fariña, también coordinador de intervención social de Peñascal Cooperativa, entiende que en la medida que se producen movimientos de personas “probablemente no solo haya una mafia, sino que pueden ser innumerables”, si bien descarta que en el caso de Euskadi exista una organización que esté actuando de manera sistemática.

Aunque las diputaciones son muy reticentes a dar datos de menores, por la especial protección que ofrecen a este colectivo vulnerable, los datos ofrecidos en Bizkaia también corroboran el aumento en la entrada de inmigrantes menores no acompañados. Entre julio y septiembre llegaron a los centros de protección de Bizkaia 247 menores extranjeros no acompañados frente a los 91 del año pasado. Es decir, casi se ha multiplicado por tres el número de jóvenes acogidos bajo la tutela de la Diputación vizcaina.

Como en el caso de Gipuzkoa, la mayor parte de ellos proceden de Marruecos. El coordinador de intervención social de Peñascal Cooperativa se muestra “intrigado” por la situación que atraviesa el país. “Es sorprendente cómo está perdiendo a su juventud. Esta semana me decía un chico marroquí que lo que antes costaba un euro ahora son cinco. En un contexto sin trabajo, la situación es tremenda”.