Agentes de la policía nacional y de la Guardia Civil han desarticulado en Campo de Criptana (Ciudad Real) una red dedicada a la regularización fraudulenta de inmigrantes que presuntamente ha estafado más de un millón de euros a 450 extranjeros. La operación, bautizada con el nombre de Tatuaje, se ha saldado con la detención de diez personas cuyos datos personales no se han facilitado por encontrarse el caso bajo secreto de sumario.

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El modus operandi de esta banda siempre era el mismo: se servía de cuatro empresas familiares – la mayoría relacionadas con la construcción – de esta localidad manchega, a las que los inmigrantes tenían que pagar unos 500 euros para que se les tramitara una autorización de residencia y trabajo en España. Una vez que se tramitaba la solicitud, los extranjeros debían viajar a sus países de origen para recoger los visados de trabajo y residencia que les permitían entrar y trabajar en España legalmente. Era entonces cuando se veían obligados a pagar entre 1.000 y 2.500 euros. Por último, cuando los empresarios los daban de alta en la Seguridad Social también debían pagar las tasas antes de obtener la tarjeta de identidad de extranjero.

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Según informó el delegado del Gobierno en Castilla – La Mancha, Máximo Díaz – Cano, los diez detenidos conocían perfectamente el contenido de la Ley de Extranjería, lo que les permitía tener «un plan diseñado para la actuación delictiva y una estructura jerarquizada con distribución de funciones y cometidos y disposición de medios».

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En cuanto al futuro que les espera a los 450 inmigrantes – originarios de Rumanía, Paraguay, Marruecos y Bolivia – víctimas de esta red, el delegado del Gobierno avanzó que se hará «un estudio individual de cada caso y, según sus particularidades, condiciones y requisitos se procederá a su legalización o a su salida obligatoria del país».