126 mujeres vinculadas a la prostitución acudieron al centro de apoyo de Miranda
En el último año 24 consiguieron abandonar esta práctica en la ciudad Una orden religiosa desarrolla el programa de reinserción Betania
El Correo, 08-04-2006SALVADOR ARROYO MIRANDA DE EBRO
¿Trabajo o explotación? Miranda no es ajena a una realidad colocada en el centro del debate sobre la necesidad o no de cobertura legal. La prostitución está presente en la ciudad, de forma clara, en tres clubes, dos de ellos ubicados en la nacional 1. Pero también en los mecanismos de inserción que llevan funcionando desde 1996 a través del programa Betania, desarrollado por una entidad de carácter religioso que permanece en el anonimato. Una de sus propuestas, el Centro de Día, atendió sólo en el último año a 126 mujeres que están ejerciendo o acaban de dejarlo.
El dato es realmente significativo para una ciudad de las dimensiones de Miranda. Pero los expertos considera que se ajusta a su personalidad como urbe de paso, en el centro «de una ruta de desplazamientos transeuropeos a través de la carretera nacional, entre Vitoria y Madrid», aclaran desde el área de Servicios Sociales del Ayuntamiento.
El programa Betania es atendido por cuatro personas, dos de ellas trabajadores sociales, y 5 voluntarios con tres actuaciones esenciales: acercamiento a los lugares de trabajo, Casa de acogida y el citado Centro de Día.
Este último es un espacio abierto en el que se realizan distintas actividades, además de orientar e informar con un enfoque claro hacia la reinserción. Durante 2005, 24 mujeres de ese largo centenar acabaron abandonado la prostitución.
Allí participan en talleres ocupaciones – bordado a mano, cocina española – , internet, cultura general, español para extranjeras, cursos de salud y de relajación y «actividades lúdicas y de relación con el entorno». La asistencia sólo es necesaria durante dos horas, de lunes a viernes, y en horario de 16.00 a 18.00 horas. «No todas las mujeres acuden con la misma asiduidad. De hecho, el trabajo más continuo se realizó con 67», concretaron.
Situaciones marginales
Miranda sí ha conseguido desterrar aspectos sumamente marginales de la prostitución, como el hecho de desempeñarla a la intemperie. Hace años, la ejercían algunas mujeres, en la misma carretera nacional, en las proximidades de la Azucarera. La adicción a las drogas parecía ser su principal condicionante.
Pero en el perfil de las prostitutas que participan en este programa, que viven o ejercen en Miranda, no se tiene constancia de la presencia de toxicomanías. «No presentan patologías añadidas por ser una condición fundamental de acceso al programa». Sí se admite su contacto con el alcohol en los clubes y en situaciones de especial gravedad se busca el apoyo de profesionales más especializados.
El informe de Servicios Sociales refleja que las inmigrantes son las principales usuarias del programa Betania. Destacan mujeres de origen brasileño, rumano, aunque también se dan casos de suramericanas, marroquíes, nigerianas e, incluso, una china. Tienen una media de edad de 18 a 30 años y, al menos, el 50% cuenta con hijos de 0 a 4 años que o bien viven con ellas «o, en algunos casos, continúan en sus países de origen y los van trayendo a medida que organizan sus vidas».
En la práctica totalidad de los casos conocidos en Miranda, los niños están escolarizados y se da la circunstancia de que mujeres de mayor edad «que no trabajan tantas horas» les cuidan mientras ellas duermen.
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