LA POLEMICA INTERNACIONAL

David Ricardo pasea por París

El Mundo, 08-04-2006

Por culpa de la globalización, la clase trabajadora occidental, programada con unas expectativas y un nivel de vida de clase media, se encuentra ahora en un peligro real de empobrecimiento.Posiblemente los fotogénicos estudiantes franceses, proverbialmente tan espabilados políticamente, y con su legendaria irritabilidad, estén protagonizando las primeras tomas de un remake de la vetusta lucha de clases.

El analista norteamericano afincado en París, William Pfaff, ha escrito en The International Herald Tribune que «la ‘ley de hierro de los salarios’ de David Ricardo sostiene que, habiendo existencias ilimitadas de mano de obra, los salarios caerán hasta justo el nivel de subsistencia. Nunca antes ha habido mano de obra ilimitada. Ahora la hay, gracias a la globalización, y el proceso no ha hecho más que comenzar».


Sigue diciendo Pfaff: «Me parece a mí que este malestar europeo es indicativo de una brecha muy grave en la comprensión política y empresarial de las consecuencias humanas de un modelo capitalista que considera el trabajo como una materia prima más y que amplía al mundo entero la competencia por el precio de esta materia prima. A plazo más largo, quizás haya en este asunto unas consecuencias políticas más graves de lo que llegan a sospechar los politizados estudiantes franceses».


En Estados Unidos se ha visto una relación entre los inmigrantes hispanos que se manifiestan masivamente allí y los estudiantes franceses que toman las calles en París. Jim Hoagland ha escrito en The Washington Post que «en muchas naciones industriales está tomando forma un amplio conflicto generacional en torno a la asignación de los recursos a medida que envejece su población trabajadora. En Estados Unidos, el descontrol de un presupuesto y unos déficit comerciales galopantes ha convencido a muchos trabajadores jóvenes de que ellos nunca dispondrán del nivel de protección de Seguridad Social del que han disfrutado sus padres.


Ha llegado ya el momento de cerrar contratos sociales a escala mundial y entre generaciones que reconozcan y mitiguen las desigualdades que fomenta un mundo nuevo en cambio. Al hacer oír su voz, los jóvenes de Francia y los inmigrantes de los Estados Unidos han llamado la atención sobre esta necesidad».


En el mundo no faltan los avisos a navegantes. Supondría un grave error, por ejemplo, creer que los populistas latinoamericanos del tipo de Evo Morales, Ollanta Humala y Hugo Chávez sean meros frutos tropicales de la antropología política; son más bien el resultado de condiciones económicas y desigualdades sociales objetivas Resultados repetibles en otros climas.


Históricamente, los europeos han demostrado una y otra vez que, bajo presión, son capaces de seguir a líderes que hacen que el venezolano Hugo Chávez parezca un personaje de Walt Disney. Las calles de París son otra vez más el termómetro político. Si se sigue debilitando la clase media trabajadora en Europa, entonces será lógico que, al primer revés serio de la economía mundial, vuelvan con toda su fuerza los peligros (el comunismo y el fascismo) que se pensó que esta creación de la ingeniería social había de conjurar.

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