La situación de los casi 650.000 refugiados rohinyás que sobreviven en Bangladesh sigue siendo desesperadamente precaria, denunció hoy la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

GINEBRA. Según un sondeo realizado por esta agencia de la ONU y explicado en rueda de prensa, la mayoría de los refugiados siguen sintiéndose inseguros en las precarias tiendas que se han convertido en su hogar, así como en los campos de refugiados en general.

Las chicas y mujeres se quejan de los pocos baños exclusivos para su género y la ansiedad que les provoca estar siempre rodeadas de hombres sin privacidad. Es por ello que muchas confiesan lavarse al alba en sus propias tiendas.

Precisamente, el acceso al agua potable y al saneamiento sigue siendo una de las principales preocupaciones.

Más allá del miedo a contraer enfermedades contagiosas por culpa del agua contaminada, los refugiados deben hacer largas colas para acceder a las letrinas, lo que implica que muchos defequen en campo abierto y se incremente el riesgo de infecciones.

Asimismo, la falta de agua provoca que los niños tengan que caminar largas distancias para obtenerla, lo que les impide atender los pocos centros educativos o de ocio disponibles.

La salud es un tema que preocupa a la inmensa mayoría de los sondeados, especialmente la mental.

El ACNUR afirma que es crucial poder ofrecer a los refugiados apoyo psicológico para poder superar los traumas que han sufrido, especialmente las mujeres violadas y todos aquellos que han visto morir asesinados delante de sus ojos a sus seres queridos.

Otro tema crucial es el acceso a la comida, dado que la distribución irregular de alimentos y las largas colas para obtenerla provoca que varias personas hayan confesado no haber comido nada durante días.

Ante estos resultados, el ACNUR designará sus prioridades de protección y asistencia en los próximos meses.

Por otra parte, el ACNUR ha registrado un descenso en las llegadas de refugiados a Bangladesh, a pesar de que éstos siguen arribando.

Actualmente se registran 100 por día cuando en noviembre llegaban una media de 745 diariamente.

La minoría rohinyá es una comunidad musulmana que reside desde hace siglos en el norte de Birmania pero que no es reconocida como ciudadanos birmanos por las autoridades del país, por lo que la mayoría son apátridas.

A mediados de agosto, la guerrilla del Ejército de Salvación Rohinyá de Arakan (ARSA) atacó puestos de las fuerzas de seguridad birmanas, lo que desencadenó una devastadora represión del Ejército y la Policía que obligó a huir 646.000 personas del estado de Rakáin hacia el vecino Bangladesh.