El nuevo canciller austríaco, Sebastian Kurz, ha viajado este martes a Bruselas para reunirse con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y el presidente de la Comisión Europea, Jean – Claude Juncker. El líder conservador de 31 años se presenta en la capital belga con el objetivo de disuadir la preocupación que ha generado su coalición con la extrema derecha, en su primera visita oficial tras jurar el cargo.

Antes de acudir a la cita, Kurz comentó en Twitter que su Gobierno sería “claramente proeuropeo” y se comprometió a ofrecer una contribución positiva al futuro de la comunidad de países europeos. El nuevo líder difundió este mensaje como respuesta a la carta que le envió el presidente del Consejo Europeo tras su elección, en la que Tusk trasladaba su deseo de que Austria siga teniendo un rol constructivo dentro de la Unión Europea.

La entrada del Partido de La Libertad en el Ejecutivo ha sido menos contestada que en 2000, después de la oleada de inmigración irregular que ha recibido Austria en los últimos años. Sin embargo, en las instituciones europeas la participación de esta formación que intenta distanciarse de su ideología antisemita y la apología al nazismo en el Gobierno es observada con cautela.

La visita del nuevo presidente a Bruselas se produce antes de la reunión que tendrá lugar este miércoles, cuando la Comisión Europea abordará las posibles sanciones a Polonia tras aprobar un conjunto de leyes que van en contra de los estándares democráticos de la Unión Europea.