El presidente de Somalia, Mohamed Abdullahi Farmaajo, pedirá a la Unión Europea (UE) y la Unión Africana (UA), reunidas desde hoy en Abiyán para su quinta cumbre conjunta, ayuda y cooperación para paliar los problemas derivados de la inmigración y el terrorismo, que afectan gravemente a su país.

El mandatario somalí hará hincapié en la necesidad de atajar estos problemas desde sus raíces, así como abordar la falta de salidas laborales para los jóvenes, dijeron hoy a Efe fuentes oficiales.

Asimismo añadieron que el mandatario somalí reclamará que las autoridades libias liberen a los inmigrantes mantenidos como rehenes en ese país, ya que dijeron que hay muchos ciudadanos somalís presumiblemente entre las víctimas.

Las mismas fuentes indicaron que en esta reunión, que concluye el viernes en la capital económica de Costa de Marfil, Somalia busca reforzar la idea de que la creación de trabajo es la mejor herramienta para que el continente supere los problemas de migración y terrorismo, para lo que se requiere del apoyo de la Unión Europea.

Miles de somalís han muerto en las aguas del Mediterráneo y del Golfo de Adén y cientos de jóvenes permanecen desaparecidos, en sus intentos de llegar hacia territorio comunitario.

En Somalia, muchas familias tienen asumido que sus parientes que migraron hacia Europa pueden haber acabado en cárceles en Libia o estar entre las personas vendidas como esclavos, un problema que en este país africano ya se conocía con anterioridad a las informaciones aparecidas en medios occidentales al respesto.

Desde hace más de una década hay familias somalís que han pagado rescates de entre 2.000 y 5.000 dólares a los señores de la guerra libios conocidos como en este país como “Magafe” para recuperar a sus seres queridos.

Las mismas fuentes recuerdan que este problema se intensificó desde 2011, cuando comenzó la llamada “Primavera Árabe” que llevó a la caída del régimen del dirigente libio Muamar al Gadafi.

“Estuve en la cárcel durante dos años. La tortura y la esclavitud eran comunes para los prisioneros. Mi familia pagó 3.500 dólares a los comandantes de las fuerzas conocidas como Magafe en 2013”, explicó a Efe Osman Duurow, un somalí que buscó refugio en Italia y que ha vuelto a Mogadiscio.