Los países de África Subsahariana buscarán cooperación de sus homólogos europeos en materia de terrorismo y migración, entre otros asuntos, durante la quinta cumbre entre la Unión Africana (UA) y Unión Europea (UE) que arranca este miércoles en la capital de Costa de Marfil, Abiyán.

Aparte de ser la primera celebrada en un país del África Subsahariana, la elección de Costa de Marfil supone un espaldarazo a la política exterior del presidente Alassane Ouattara y la confirmación de que la nación ha recuperado la confianza de sus socios africanos y europeos.

El tema de esta reunión al más alto nivel será “Invertir en los jóvenes para un futuro sostenible”, ya que cerca del 60 % de la población africana tiene menos de 25 años.

Este es un reto conjunto para ambas partes dado que la falta de oportunidades para estos jóvenes provoca un éxodo masivo hacia Europa que provoca situaciones humanitarias graves y cientos de muertes en el mar.

Mejoras en la educación y en la formación profesional serán claves para evitar que se mantenga un escenario en el que más del 31 % de los jóvenes africanos no encuentra trabajo, algo que se agrava cuando se enfoca solo a los países del África Subsahariana.

A esto se sumará como asunto candente la situación de los inmigrantes en Libia, después de que un vídeo emitido por la cadena estadounidense CNN mostrase a subsaharianos vendidos como esclavos en ese país norteafricano.

La UA ha tomado cartas en el asunto y ha abierto una investigación al respecto mientras busca la cooperación de las autoridades libias para identificar a los inmigrantes subsaharianos en condiciones de esclavitud, para devolverlos a sus países de origen.

Por el momento, algunas de estas naciones, como Camerún, ya se han puesto manos a la obra y han comenzado a traer de vuelta a sus ciudadanos en Libia, con la ayuda de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

La UA buscará la colaboración de sus socios europeos para sacar a los miles de subsaharianos que están en Libia y darles apoyo a largo plazo, algo para lo que, hasta el momento, solo se ha ofrecido Ruanda, cuyo Gobierno aseguró que está trazando un plan para acoger a más de 30.000 de estos ciudadanos.

Otro de los temas a seguir es la primera oportunidad de oro para Zimbabue de recuperar apoyos internacionales tras la caída del régimen de Mugabe, cuyas relaciones con la UE se pueden resumir en las sanciones que este organismo le aplicó: prohibición de viajar a territorio europeo y congelación de activos.

Los veintiocho, que comenzaron a emitir sanciones contra Zimbabue en 2002 después del desahucio forzoso de miles de granjeros blancos, también pusieron en su punto de mira la industria armamentística.

Pese a que la mayoría de estas sanciones fueron levantadas en 2014, Mugabe se negó a asistir a la cumbre africano-europea de ese año, en Bruselas, después de que su esposa, Grace, no obtuviera visado para entrar en Europa.

El nuevo presidente, Emmerson Mnangagwa, desmarcó ya de las políticas de su predecesor pese a haber sido incondicional suyo y subrayó en su discurso de asunción su voluntad de mejorar las relaciones con los organismos internacionales y de encontrar inversión extranjera para relanzar la economía nacional.

Asimismo, puede que esta sea la última cumbre entre la UA y la UE con el Reino Unido, ante su inminente salida de la organización, por lo que es previsible que Nigeria plantee quejas, en el marco de las discusiones sobre terrorismo, por la reducción a la mitad de la ayuda humanitaria proveniente de Londres.

Los británicos exigieron al Gobierno de Muhammadu Buhari que “haga más” contra la organización terrorista Boko Haram, que suma más de 20.000 muertes en la región desde 2009.

Al respecto, la comunidad africana pedirá a la UE mayor cooperación política y una supervisión financiera añadida a las ayudas económicas que ya aporta al ejército regional que lucha contra el yihadismo.

Durante el último Foro Internacional sobre la Paz y la Seguridad en África, los presidentes de Senegal, Mali y Ruanda insistieron en que la estrategia global contra el terrorismo ha fracasado y pidieron una respuesta más contundente, especialmente en el Sahel.

“(Francia) seguirá estando a su lado en la lucha”, les aseguró la ministra de Defensa gala, Florence Parly, asistente al foro.

También es posible que Nigeria plantee problemas como el paradero del líder del movimiento secesionista del Biafra, Nnamdi Kanu, del que se sospecha que se refugia en territorio británico.

La organización de Kanu, el Pueblo Indígena de Biafra (IPOB, por sus siglas en inglés), fue catalogada como grupo terrorista por el Gobierno nigeriano.

Otros temas a tratar en la cumbre serán la democracia, los derechos humanos, las inversiones y el comercio internacional.