CAT-RACISMO ESPAÑA
Activistas denuncian poca implicación de la izquierda en lucha antirracista
La Vanguardia, , 27-11-2017“La izquierda blanca no deja de ser protagonista ni cuando habla de migrantes”, ha asegurado el miembro del sindicato de vendedores ambulantes Daouda Dieye en una jornada sobre el racismo estructural en España, una idea compartida por la activista feminista y antirracista Daniela Ortiz.
La implicación de la izquierda en la lucha contra el racismo fue uno de los temas que se abordaron esta semana en la jornada organizada por la Xarxa Universitària Obrim Fronteres en la Universitat de Barcelona (UB).
Dieye denuncia que “cuando la izquierda quiere ayudarte, lo tiene que hacer a su manera”, en una referencia a la gestión del Ayuntamiento de Barcelona respecto a los ‘manteros’.
Dieye ilustra el racismo que vive diariamente explicando que cuando se quiso casar con su pareja, de nacionalidad española, le hicieron una entrevista de 45 preguntas, pero “a un negro rico que se casa con una blanca, no le hacen entrevista”.
El activista hace diez años que vive en Barcelona, pero lamenta que “cada vez que salgo a la calle, soy un inmigrante”, y afirma que el racismo es una realidad: “si crees que no hay racismo, es porque eres blanco”.
La periodista Mariana Olisa añade que “una persona que no tiene rasgos europeos” es percibida como que “no es de aquí”, y que actualmente “no se acepta que haya personas negras que formen parte de la sociedad”, tanto catalana como española.
Olisa, que también es activista feminista, subraya el desarraigo de estas personas, “que tienen la sensación de no pertenecer a ninguna parte”, ni al país donde viven, donde se perciben como inmigrantes , ni al de origen.
“Cuando no lo vive solamente una persona, sino todas, se trata de un problema social y político”, afirma Olisa, en referencia al racismo cotidiano que experimentan las personas racializadas.
La activista feminista y antirracista Daniela Ortiz rechaza que desde sectores de la izquierda se defienda que sólo hay opresión de clase porque “el racismo construye clase y la clase construye racismo”.
“La izquierda blanca actúa como si la clase fuese sólo la clase trabajadora blanca”, prosigue Ortiz, y añade que como “ahora el baremo de qué es racista lo marcan Trump y Le Pen”, esto hace imposible “hablar de las políticas racistas de la izquierda”.
Ortiz critica el tratamiento que se ha hecho del fenómeno de los refugiados a partir de la construcción de un discurso de “acoger”, una palabra que ella rechaza: “hablar de acogida es ser paternalista, y eso es ser racista”.
La investigadora en la Universidad Pompeu Fabra (UPF) Ana Férnandez-Aballí analiza formas de romper con esta opresión, descartando “el buenismo” y apelando a las personas blancas a “corresponsabilizarse de ser quien ejerce racismo” porque “el racismo es el problema de los que lo ejercen”.
Pero la académica y activista, de origen cubano, afirma que “no es posible eliminar el racismo en los estados-nación europeos” porque “están construidos en base a la identidad” y, en consecuencia, “sobre el otro”.
“Yo en Cuba estaba en la parte hegemónica que ejercía racismo”, reflexiona la activista, que tiene rasgos europeos, y explica que al llegar a España, aunque al principio no era consciente, su percepción social cambió: “yo era leída como inmigrante de mierda”.
Actualmente, según Fernández, hay un 25 % de migrantes de larga duración en Cataluña que no pueden votar, y eso condiciona a la izquierda cuando está en el poder: “no puedes legislar para las personas que no tienen derecho al voto”, lamenta.
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