Los mirandeses tienen claro lo que quieren y son conscientes de que el mercado inmobiliario en la ciudad se mueve con unas peculiaridades muy determinadas. A la hora de buscar una vivienda no dudan en plantear que ésta debe tener un mínimo de 90 metros cuadrados, dos o tres habitaciones, y un coste que debe rondar los 150.000 euros. Es en este punto donde surge la singularidad.

Y es que cuando se quiere adquirir un piso, parecen darse un margen económico mayor del que tiene cualquier otro burgalés. Porque, a nivel provincial, la demanda se ciñe a un precio medio de 120.695 euros. La proximidad a Vitoria, un nivel de construcción ralentizado por la adaptación al Plan General y la falta de suelo; y una segunda mano que, aunque más lenta, sigue lanzada, mueven a la resignación.

«Aquí la gente ya sabe que por menos de ese precio no hay pisos con esas dimensiones, quizás algún apartamento pero por uno o dos millones menos», subrayan desde una de las agencias consultadas por este periódico. Es más, la cifra puede ajustarse a viviendas ya estrenadas y sólo en el caso de apartamentos de unos 50 metros se puede hablar de algo nuevo.

Precio más alto

Sorprende, en cualquier caso, que la petición de los mirandeses se sitúe en un baremo medio muy similar al de la provincia de Salamanca (155.012 euros) y, desde luego, bastante superior a la media que registran en Zamora (70.688), Soria (84.786), León (96.086), Palencia (98.270), Ávila (115.206), la propia Burgos y Segovia (146.598). Son los datos que se desprenden de un estudio sobre la demanda inmobiliaria del Grupo Facilisimo.com.

Un informe que arroja un guarismo regional que, incluso, es rebasado en Miranda. Así, en Castilla y León se solicita con mayor asiduidad viviendas de tres habitaciones, de una superficie media que está en los 103 metros cuadrados, y a una determinada altura. En este caso se plantea un precio inferior en unos 2.500 euros (la cifra está en los 147.437 euros) a lo que más comunmente llega a los agentes locales. La pregunta es si por esos 150.000 euros realmente hay viviendas disponibles.

La impresión general es que «difícilmente». De entrada, y hablando siempre de viviendas de 90 metros cuadrados, cuando éstas son de nueva construcción sus precios suelen superar con facilidad los 180.000 euros. «En el caso de la segunda mano, en el caso del piso, habiendo ascensor, el baremo roza los 180.000 e, incluso, puede rebasarlo. «Pueden existir algunos de unos 27 millones o 28 (de 162.000 a 168.000 euros) que ya tendrían más antigüedad o que incluso necesitan algún retoquillo», explican desde Centro Inmobiliario.

El centro de la ciudad, desde la calle Vitoria hasta carretera Logroño (tomando una referencia muy amplia) continúa siendo el área con mayor demanda. Pese a lo que ha podido suceder en años anteriores con el barrio de El Crucero, hoy por hoy, Allende sigue teniendo mayor atractivo para los mirandeses.

La mayor demanda de pisos de segunda mano proviene de los inmigrantes de origen extranjero que, después de varios años residiendo en la ciudad, han conseguido estabilizar su situación laboral y optan por abandonar la fórmula del alquiler. Cuando hay que referirse a la vivienda nueva, el comprador es distinto. Pero todos coinciden en lo mismo: «Lo primero que se mira a la hora de comprar es el precio». Pura evidencia.