Tot Raval, 15 años de alianzas inimaginables en el barrio más complejo
La asociación organiza iniciativas como Raval(s), festival multidisciplinar protagonizado por los vecinos, que celebra también su 15º edición
El Periodico, , 28-10-2017Las cifras sobre su densidad y diversidad confirman la percepción que cualquiera puede hacerse del barrio con un simple paseo por sus calles. Casi 50.000 personas viviendo en poco más de un kilómetro cuadrado, prácticamente la mitad de las cuales nacidas fuera de la UE, de más de 40 nacionalidades. Más de 3.000 comercios junto a 250 entidades y asociaciones y más de 300 recursos culturales, que van desde el Casal dels Infants o el Consell Islàmic de Catalunya al Gran Teatre del Liceu. Dibujo, el actual, que no dista demasiado del del 2002, cuando nació la Fundació Tot Raval con el objetivo de establecer un diálogo entre desiguales sin precedentes. Fue una idea loca y a la postre exitosa, la de sentar a todos esos desiguales a la misma mesa, de cuya materialización estos días se cumplen 15 años.
Tres lustros después de que un grupo de personas vinculadas principalmente al comercio y la restauración del barrio – de Rosa Gil de Casa Leopoldo a Enric Pantaleoni – se reunieran en el CCCB con la idea de dinamizar la vida comercial del barrio para luchar contra su estigmatización, la Fundació Tot Raval es un referente internacional en el trabajo comunitario que en seguida tuvo claro que la mejor manera de luchar contra el estigma era luchar contra la desigualdad en el barrio. Un barrio con unas condiciones de vida muy inferiores a la media de la ciudad y con desigualdades dentro del propio barrio, con una diferencia de cinco años en la esperanza de vida entre el Raval norte y el Raval sur.
“El patrimonio más grande que ha acumulado en estos 15 años la fundación es haber tejido un entramado de relaciones inimaginables a priori que han enriquecido la convivencia en el barrio”, destaca Jaume Badia, uno de los patrones y fundador de la fundación. Entre los intangibles, Badia cita los posibles focos de tensión que este singular entramado sociocultural ha evitado, sin ir más lejos brotes de xenofobia.
Òscar Esteban, actual director de la fundación, subraya que, pese a tratarse de un modelo 100% Raval, es muy interesante para ser exportado a otros barrios con características similares, idea con la que coincide plenamente Mohamed Halhoul, vocal de la junta en nombre del Consell Islàmic de Catalunya y miembro de la fundación desde su creación. “Para nuestra comunidad, el nacimiento de Tot Raval marcó un antes y un después”, señala Halhoul. "Como vecinos musulmanes del barrio nos ha ayudado en avanzar hacia la igualdad de oportunidades", prosigue. Una igualdad que obviamente está aún lejos, pero que como mínimo está en la agenda; como puede estar en la agenda de cualquier vecino de a pie del barrio asistir a un ensayo general de una ópera en el Liceu, milagros de Tot Raval, nodo central de la relación del tejido asociativo del Raval que la concejala del distrito, Gala Pin, define como imprescindible.
Entre los retos para el futuro que se marcan tanto Halhoul como Esteban, destaca aumentar la participación. “No se trata tanto de que participemos de los recursos que se nos ofrecen como de que seamos actores, de que creemos nuestros propios proyectos. Que nos empoderemos para sentirnos capaces de ser los protagonistas”, indica el portavoz del Consell Islàmic, miembro del Grupo Interreligioso, que organiza entre otras actividades el ’iftar’ comunitario, en el que, durante el Ramadán, un día rompen el ayuno en la Rambla del Raval junto a miembros del resto de comunidades que conforman el Grupo Interreligioso.
Otro de los retos que apunta Esteban es luchar contra la segregación escolar – hay colegios con un 90% de población de origen inmigrante – y mejorar la salud comunitaria, dos de las líneas de actuación de la fundación desde su nacimiento. Entre los cambios sufridos por el barrio en estos 15 años, Badia – fundador y aún patrón, muy vinculado al Raval – destaca el riesgo de gentrificación. Si cuando crearon la entidad el problema era la guetificación, el riesgo ahora son los fondos buitre, que compran fincas en el barrio para especular (y la pesadilla vecinal de los narcopisos en la etapa intermedia entre la guetificación y la gentrificación). Estrechamente ligado a ese fenómeno está el del turismo. “Su impacto es muy superior a la capacidad de regeneración del espacio público”, subraya Badia, quien insiste en la necesidad de revertir “ni que sea un céntimo por cada euro” del dinero que dejan los turistas en el barrio en proyectos socioculturales.
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