AUSTRALIA INMIGRACIÓN

HRW denuncia la violencia en centros de inmigración australianos en Papúa

La Vanguardia, EFE, 26-10-2017

La organización Human Rights Watch (HRW) denunció hoy que Australia y Papúa Nueva Guinea han fallado en proteger a centenares de buscadores de asilo que han sufrido violencia en el centro de inmigrantes de la isla de Manus.

Al menos 770 personas continúan internas en el centro papuano de procesamiento, sufragado por Australia, donde han sido asaltadas con violencia, robadas o han recibido una asistencia sanitaria inadecuada, entre otras violaciones.

Está previsto que el próximo martes cierre sus puertas el centro de Manus, en el norte de Papúa Nueva Guinea, a raíz de que el Tribunal Supremo de esta nación oceánica lo declarara inconstitucional en abril del año pasado.

Las personas que rechacen ser repatriadas serán transferidas a campamentos dentro del territorio papuano donde estará en peligro su seguridad y no contarán con servicios sanitarios, denuncia HRW en un comunicado.

“Mientras el 31 de octubre se acerca, los refugiados y buscadores de asilo de Manus han sido apuñalados, apaleados y robados (…) La trágica ironía es que sacar a estos hombres de ese centro escasamente protegido y colocarlos en otro lugar de Papúa los pondrá en mayor peligro”, apuntó Elaine Pearson, directora de HRW en Australia.

Australia reactivó en 2012 su política para la tramitación en terceros países de las solicitudes de inmigrantes que viajan a su territorio en busca de asilo, y acordó la apertura de centros de detención en Papúa Nueva Guinea y Nauru.

La ONU y grupos de defensa de los derechos humanos han criticado estos centros de detención al calificar de inhumanas las precarias condiciones en las que viven los internos.

En una investigación de HRW realizada en septiembre, y para la que entrevistó a unos 40 internos en Manus, la organización constató los abusos cometidos contra los buscadores de asilo, quienes denuncian golpes con palos, piedras, cuchillos o destornilladores, y además que les quitan sus pocas pertenencias.

En junio al menos tres inmigrantes detenidos fueron trasladados de urgencia a hospitales para ser tratados.

“Australia envía a Manus a los refugiados y buscadores de asilo que han podido sufrir traumas en sus países, pero que están bien de salud (…) Cuatro años más tarde, un número significativo de ellos se han suicidado o lo han intentado”, asegura Pearson.

La experta insta a las autoridades de Australia a aceptar en su territorio a estas personas, en lugar de abandonarlas en Papúa o buscar otra salida a través de acuerdos políticos, como el que firmó con Estados Unidos.

Muchos de los ingresados en Manus y Nauru han huido de conflictos como los que se viven en Afganistán, Darfur, Pakistán, Somalia y Siria; otros han escapado de la discriminación como las minorías rohinyá, en Birmania (Myanmar), o bidún, en la región del Golfo.

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