«Un cambio de tendencia en política fiscal». Con tal entusiasmo definía este miércoles el jefe del FDP, Christian Lindner, el acuerdo alcanzado la noche anterior con sus potenciales socios del nuevo Gobierno alemán. Reunidos en Hannover, los conservadores de la CDU a cargo de Angela Merkel, sus hermanos bávaros de la CSU, los liberales del FDP y Los Verdes se comprometieron a no generar más deuda en la próxima legislatura y a eliminar la tasa creada para afrontar los gastos de la reunificación del país. Asimismo, los cuatro interlocutores firmaron alivios fiscales en siete categorías, entre las que destacan las familias con hijos y el saneamiento energético de edificios. Aunque la suma de la rebaja no se decidirá hasta la segunda semana de noviembre. «Fue una larga tarde, pero valió la pena», afirmaba satisfecho el secretario general de la CDU, Peter Tauber. Pero solo horas después los ecologistas, que no consiguieron ver aprobado el impuesto a las grandes fortunas, aseguraban que el texto firmado en Hannover no es definitivo, sino la base «para seguir trabajando rumbo a Jamaica». Así se denomina a la única alianza posible para el nuevo Ejecutivo de Merkel, tras la renuncia de los socialdemócratas del SPD a reeditar la gran coalición.Sin haber cerrado aún sus diferencias sobre presupuestos y finanzas, los cuatro partidos se enfrentan ya hoy al siguiente punto del orden del día: clima, energía y refugiados. El debate se prevé intenso, dadas las exigencias ecologistas en política medioambiental, que chocan con el FDP, y especialmente por el tope máximo de 200.000 refugiados anuales que demanda la CSU y que Los Verdes no están dispuestos a consentir. «Para nosotros es un aspecto decisivo», anticipaba el secretario general bávaro, Andreas Scheuer.