Los vaivenes políticos de Donald Trump están agotando la paciencia de los halcones republicanos. Las negociaciones que mantiene con los demócratas han caído como un jarro de agua fría en el Capitolio, donde desde hace una semana son testigos de cómo el rebelde presidente pone al borde del precipicio los principios conservadores. Sus últimos movimientos han provocado una revolución en la mayoría republicana, además de haber erosionado la confianza de su base de votantes, que ahora tienen serias dudas de que el mandatario cumpla todo lo que prometió en la campaña electoral. Tras un vaivén de declaraciones contradictorias, Trump terminó reconociendo ayer que está «bastante cerca» de alcanzar un pacto con los demócratas para proteger a los dreamers (soñadores), cómo se conoce al colectivo de 800.000 inmigrantes ilegales que llegaron de niños a EE.UU. Admitió este extremo después de una cena el miércoles con los líderes de la minoría demócrata en el Congreso, Chuck Schumer y Nancy Pelosi, y en la que pactaron proteger a los beneficiarios del DACA (como se conoce el programa de protección de los dreamers creado por Barack Obama) a cambio de un refuerzo en la seguridad fronteriza, que de momento no incluiría el muro fronterizo. «El muro vendrá después», declaró Trump, tras asegurar que los pesos pesados de su partido estaban de acuerdo con sus movimientos.
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Nada más lejos de la realidad. En un ataque de cólera, el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, compareció para aclarar a Trump que sin el apoyo de los suyos, no iría a ningún lado. «Creo que el presidente entiende que tiene que trabajar con las mayorías del Congreso para obtener cualquier tipo de solución legislativa», zanjó Ryan desde el Capitolio.La cena del miércoles fue la segunda vez en dos semanas en que el mandatario deja de lado a los republicanos para negociar con Pelosi y Schumer, y cuando hace tan solo siete días que anunciaba el fin del DACA. Una traiciónSin embargo, el acercamiento de Trump a los demócratas es una forma de curarse en salud frente a una fractura republicana que ya le impidió derogar el Obamacare. Eso sí, este cortejo le está acercando peligrosamente a un camino que algunos de sus más fervientes seguidores han definido como traición. «Si no conseguimos el muro, preferiría como presidente a Pence», escribió Ann Coulter en Twitter. La escritora conservadora se reunió recientemente con el magnate en el despacho oval y le advirtió de los peligros de no cumplir su palabra con respecto a la política migratoria. Es la misma advertencia que lanzaron ayer otros miembros del núcleo duro trumpiano, que incluso hablaron de «política suicida», si Trump consentía una amnistía para los dreamers ,a quienes en el pasado responsabilizó del paro entre los estadounidenses. «No habrá ninguna amnistía», negó rotunda la portavoz de la Casa Blanca, Lindsay Walters, consciente del caos provocado por un jefe ansioso de triunfos legislativos. «Presidente Trump, usted preguntó si alguien quiere deportar a los dreamers y la respuesta es sí, su base [de votantes] quiere», le recordó The Washington Post, después de que el magnate diera un giro a su discurso y se preguntase si alguien querría expulsar a «jóvenes buenos, educados y exitosos».La tormenta política se desató en medio del primer viaje de Trump a Florida para ver de primera mano los destrozos del huracán Irma. El presidente, la primera dama y el vicepresidente, visitaron Naples y Fort Meyers, donde recibieron información sobre las operaciones de recuperación, además de reunirse con las víctimas del ciclón que azotó la región el pasado fin de semana. El secretario del Tesoro solicitó un avión militar para su luna de mielEl secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, pidió utilizar un avión militar durante su viaje de bodas por Europa el pasado agosto. Y no es el primer viaje que solicita con fines privados este exbanquero de Wall Street con una fortuna estimada de más de 300 millones de dólares.Esta vez necesitaba el transporte aéreo militar para sus desplazamientos entre Escocia, Francia e Italia durante su luna de miel con la actriz escocesa de 36 años Louise Linton, con quien Mnuchin, de 54, se casó en junio en una lujosa ceremonia a la que asistió media Casa Blanca, incluido Donald Trump. Es el tercer matrimonio de él y el segundo de ella. El coste operativo por hora del aparato militar asciende a 25.000 dólares, según la cadena ABC News, la primera en difundir la noticia. Un portavoz reconoció que Mnuchin pidió usar el avión y adujo que como secretario del Tesoro y miembro del Consejo de Seguridad Nacional necesitaba acceder a comunicaciones seguras. Finalmente, el Tesoro «retiró su petición tras brindar al secretario una opción de comunicación segura» durante su viaje.Mnuchin ha levantado críticas por su reiterado recurso a aviones oficiales con fines privados. La Inspección General del Tesoro está examinando el desplazamiento del secretario con su esposa a Kentucky para contemplar el eclipse solar del 21 de agosto. Linton tuvo que presentar disculpas públicas tras haber realizado en Instagram publicidad de las marcas de vestimenta y accesorios que lucía al descender del avión gubernamental. Un portavoz del Tesoro dijo que la pareja reembolsará al Estado los costos del viaje de la actriz. Steve Mnuchin hizo su fortuna como alto ejecutivo de Goldman Sachs y luego en la industria del cine.