El Papa llama a trabajar para dar dignidad a los inmigrantes y los «descartados»

La Razón, L.R.R. , 11-09-2017

En cuanto el avión de Avianca que lo transporta aterrizó en el aeropuerto Internacional Rafael Núñez, la multitud empezó a gritar “Te queremos Papa, te queremos”, mientras una banda folclórica interpretaba canciones dedicadas al pontífice.

Al bajar del avión, Francisco apareció sonriente y, al saludar al arzobispo de Cartagena, Jorge Enrique Jiménez Carvajal, le dio un afectuoso abrazo.

También formaron parte del comité de bienvenida el gobernador del departamento de Bolívar, Dumek Turbay; el alcalde encargado de Cartagena, Sergio Londoño Zurek, y varias autoridades militares.

Niños vestidos con traje típicos le regalaron al Papa un sombrero vueltiao, símbolo de la cultura colombiana, que de inmediato se puso.

Antes de subirse al vehículo en el que recorrerá 3,5 kilómetros hasta la Plaza San Francisco, en pleno centro histórico de la ciudad caribeña, el sumo pontífice asistió a una coreografía preparada por 300 jóvenes e inspirada en la dignidad de las personas y en la cultura local.

Al finalizar la presentación, la cantante del grupo se acercó al pontífice, se arrodilló ante él y le abrazó entre lágrimas.

Una multitud tomó las calles de Bogotá para despedir al Papa Francisco, que abordó el Papamóvil en la puerta de la Nunciatura Apostólica en dirección a la base militar de Catam, donde tomó un avión a Cartagena.

Este último recorrido en el Papamóvil no estaba previsto, pero ayer el Papa decidió que lo haría para agradecer la calurosa acogida que le han brindado los colombianos desde que llegó al país, el pasado miércoles.

Ya subido en el Papamóvil, el pontífice bendijo a miles de miles de fieles de todas las edades, abrazó y besó niños e incluso una mujer enferma, con gorro y mascarilla, logró subir al vehículo y recibir el abrazo y la bendición del pontífice.

Los bogotanos respondieron con creces al gesto y madrugaron para formar un verdadero río humano a lo largo de los quince kilómetros que separan la Nunciatura de la base aérea, anexa al aeropuerto internacional El Dorado de Bogotá.

La multitud parece ser incluso mayor que la que el pasado miércoles cuando, según las autoridades, más de un millón de personas salieron a las calles para ver a Francisco en su llegada a Colombia.

Durante todo el recorrido de hoy, en una mañana soleada, la emocionada multitud gritaba “Francisco, Francisco” al tiempo que agitaba pañuelos blancos y banderas de Colombia y del Vaticano para demostrar su afecto al pontífice.

“Siento que valió la pena para mí y las demás personas que estaban ahí esperar el tiempo que fuera necesario por una mirada de él, porque es un hombre muy lleno de Dios, que inspira mucha esperanza”, dijo a Efe Martha Ortega, una mujer que se mostraba satisfecha porque logró verlo “por un segundo”.

La Policía desplegó miles de agentes a pie y en motocicletas para mantener el orden en el camino y evitar incidentes como los ocurridos en los días previos en Bogotá, Villavicencio y Medellín, cuando algunos espontáneos se atravesaron al paso del Papamóvil para tratar de tocar al obispo de Roma.

Pese al despliegue policial, en algunos puntos de la Avenida El Dorado la gente era tan numerosa que se formó un embudo que obligó a la caravana a aminorar la velocidad.

La gente no escatimó esfuerzos para ver al sonriente Francisco y mientras unos copaban los viaductos y puentes peatonales, otros se encaramaban en los árboles para tener el mejor ángulo de visión

Efe

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