Ugao – Miraballes – Involucrada “desde siempre” en temas de calado social, la ugaotarra Inmaculada Mata no pudo cerrar los ojos ante el drama humanitario de la población siria intentando alcanzar Europa huyendo de la guerra y comenzó a colaborar en iniciativas solidarias como “una recogida de ropa que hubo en Galdakao”. Su siguiente paso fue participar de manera activa en la plataforma Ongi Etorri Errefuxiatuak, creado en 2016 por grupos sociales y ciudadanos a título particular como reacción ante la grave violación de los derechos humanos que sufren las personas refugiadas y migrantes y con el objetivo de convertir pueblos y ciudades en lugares de acogida. Y también forma parte del colectivo Herrera Solidarioa porque “la inmigración es un tema de justicia social y es un drama que cuando lo vives de cerca te revuelve por dentro y no puedes permanecer impasible”, afirma.

Inma Mata habla con conocimiento de causa. El año pasado decidió viajar hasta Grecia con la caravana Abriendo Fronteras para denunciar la situación que viven las personas migrantes en los centros de internamiento y en los campos de refugiados. La experiencia, aunque dura, fue “muy satisfactoria” y a su regreso aumentó si cabe aún más su implicación en acciones dirigidas a “concienciar y sensibilizar a la sociedad sobre la problemática de los inmigrantes que intentan llegar a Europa en busca de una vida mejor”.

Por eso, en este 2017 volvió a sumarse a una nueva caravana que, en esta ocasión, partió el 14 de julio hacia “la frontera sur, en concreto a Melilla, para conocer la situación de la gente que intenta saltar la valla”, precisa. Fueron ocho días de itinerario con paradas y acciones reivindicativas en Madrid – frente al Congreso de los Diputados y en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Aluche – , en Sevilla – asamblea, talleres y manifestación – , en Algeciras y Tarifa – movilización y performance y protesta ante el CIE – , en Málaga y en Almería donde la iniciativa quiso denunciar las penurias de los trabajadores migrantes de los invernaderos.

La estancia más larga fue en Melilla donde “pasamos tres días acampados, colaborando con la gente y las organizaciones que trabajan allí in situ” y realizando también charlas, talleres, performances, encuentros en el CETI o cadenas humanas.

Inma y sus compañeros acudieron también a la frontera “y es impresionante ver los 6 metros de altura de la valla que, una y otra vez, intentan saltar”. A lo largo de esa semana tuvo también la ocasión de conocer de cerca casos personales como “el de una madre con un hijo de 5 años enfermo desesperada por cruzar la frontera para que lo pudieran operar en España” o el de una mujer que dio a luz junto a la valla “y de la que sabemos que pudo ser acogida por una familia en Barcelona y desde allí llegar a París”.

Para Inma, poner rostro y nombre a los inmigrantes “te hace ser más humana” y su empeño ahora es “conseguir que la gente deje de verlos como un número ya que todos ellos tienen también familias, padres y madres que les lloran”. Difundir el trabajo que realizan plataformas como Ongi Etorri Errefuxuatuak o la red de acogida Herrera Solidarioa es importante y, tal y como ya hizo tras la caravana a Grecia, “mi idea es volver a organizar charlas informativas en Ugao, Zeberio o Arrigorriaga para contar esta última experiencia, que la ciudadanía conozca este tipo de organizaciones y se implique en ayuda o colaborar”.

Otras opciones que está barajando es reeditar poner de nuevo una mesa informativa en los mercadillos solidarios que se llevaron a cabo el año pasado en Zeberio y en Ugao con material a la venta “como camisetas, banderas y pañuelos para recaudar fondos con los que financiar la llegada de refugiados en acogida”.