Aprender para ser libres

Canarias 7, 02-04-2006

(Foto: canarias7)AMPLIAR

En grupo. Las alumnas se reúnen cada tarde en casa de alguna compañera para escuchar las clases de Radio ECCA. Cada lección dura media hora y, después, hacen juntas los ejercicios para el día siguiente. Estudiar en grupo es un importante factor de motivación y reduce el número de abandonos de las clases.

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Apoyo. Radio ECCA en Nuadibú cuenta con un equipo de 35 tutores – de los que un 60% son también mujeres – , que ejercen un papel fundamental para el buen desarrollo del proyecto de alfabetización de adultos.

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Cinco mujeres envueltas en coloridas melfas se afanan sobre sus cuadernos siguiendo las indicaciones que desde la radio les da una voz en árabe, tumbadas sobre las alfombras que dan suelo a una chabola de un paupérrimo barrio de Nuadibú. Están aprendiendo a escribir.


La escena se repite cada tarde, media hora, cuatro días a la semana. Son parte de las aproximadamente 1.200 alumnas que reciben clases de Radio ECCA (los hombres matriculados apenas alcanzan el 1%) en esta ciudad del norte de Mauritania. Son la otra cara de la inmigración, el reverso de la imagen de los cayucos. El fruto embrionario de la cooperación que África necesita como el agua.


En el año 2001 Radio ECCA puso en práctica una tímida experiencia piloto de alfabetización entre la población mauritana. Cinco años después, ya es un proyecto consolidado que además de la sede pionera de Nuadibú cuenta también con presencia en Nuakchot, la capital, y desde noviembre en Rosso, puesto fronterizo con Senegal.


La tarea no ha sido fácil. Hubo que vencer el recelo inicial, convencer a la gente de las ventajas de adquirir formación, por básica que ésta sea, y pelear cada día contra las precarias condiciones de vida: cuando falta la comida no hay tiempo para preocuparse de estudiar.


Mantener viva la motivación es fundamental para reducir al mínimo el número de abandonos. De ello se encarga con entusiasmo contagioso la plantilla de Radio ECCA en Nuadibú: un equipo técnico que dirige los trabajos formado por Pino García y Sid’Ahmed Beylilaton, 4 coordinadores y 35 tutores, todos en contacto directo con el alumnado.


Cada día se reparten para visitar a las mujeres a la hora de las escuchas. Habitualmente las alumnas se reúnen para oír la clase juntas en casa de una de ellas. Estudiar en grupo es siempre un incentivo. Y permite solventar dificultades como la falta de luz, muy normal en suburbios donde el cableado va por el suelo entre escombros: cuando la electricidad no llega a una parte del barrio, se van a la vivienda de otra alumna donde sí haya. Y así siempre.


Además de las clases radiadas, los viernes y sábados hay tutorías presenciales en aulas facilitadas por el ayuntamiento de Nuadibú, que resultan básicas para el óptimo desarrollo del proyecto, porque permiten solventar dudas y animar a las mujeres a seguir en el empeño de aprender.


ECCA imparte aquí cinco niveles: dos de alfabetización a cuyo término las alumnas saben leer y escribir, dos de enseñanza básica – reglas matemáticas y cultura general – , y un quinto curso que supone un repaso global de los dos anteriores. Quienes logran finalizar el ciclo sienten que son ahora un poco más libres.


>> Mujeres mauritanas acceden a la alfabetización a través de Radio ECCA


Loreto Gutiérrez / Madrid

una transición complicada

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Tutorías. Cada semana, después de cuatro días de clases radiadas, hay dos jornadas de tutorías presenciales para que las alumnas puedan consultar sus dudas. Se insiste mucho en la asistencia a las tutorías, porque resultan un elemento básico para dar aliciente a mujeres cuya vida está lejos de ser fácil.


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Como todo proyecto de cooperación, la experiencia que lleva a cabo Radio ECCA en Nuadibú tiene necesariamente carácter temporal: el sentido último es dejar las cosas funcionando y ceder la gestión a las autoridades locales cuando estén preparadas para garantizar su continuidad. Tras cinco años de funcionamiento autónomo, el pasado mes de diciembre el proyecto pasó a manos del Ministerio de Lucha contra el Analfabetismo de Mauritania y ECCA quedó en situación de prestación de servicios, hasta una retirada definitiva que aún no tiene fecha.


Pero la transición está resultando complicada. Durante estos tres meses ha habido problemas para definir los campos de decisión de cada una de las partes y alguna que otra invasión de competencias.


Con todo, lo que más preocupa al equipo español es que a su marcha quede garantizado el sueldo de todo el personal mauritano, incluidos los coordinadores que realizan un excelente e imprescindible trabajo. Aún no está claro que vayan a seguir cobrando, porque el Gobierno mauritano alega otras prioridades básicas.

hacen falta radios a pilas

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Niveles. Los talleres son el complemento del último curso de alfabetización – nivel 5 – , que supone un repaso genérico a los niveles tercero y cuarto. La base la aportan los niveles básicos Cultura Popular (CP 1 y 2) a cuyo término las alumnas ya saben leer y escribir.


El gesto cotidiano en el primer mundo de encender la luz es un lujo en Mauritania. La pésima instalación que suministra energía a los barrios de Nuadibú – los incendios en las chabolas son casi diarios – se ha convertido en un serio problema para el seguimiento de las clases de Radio ECCA. Todas las radios disponibles son eléctricas y las pilas, cuando se encuentran, cuestan un dinero que las alumnas no tienen. Muchas mujeres abandonan a mitad de camino después de perderse varias clases porque la luz se va durante horas. Unas radios con pilas recargables harían todo más fácil.

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