Garbín alerta de las expectativas de regulación entre menores embarazadas

La consejera de Bienestar Social asegura que «el problema» es lo que las menores creen que será su futuro, «y, por otro, lo que es la verdadera realidad»

Diario Sur, 02-04-2006

La ocupación de los centros de acogida de la Ciudad está al 97 por ciento de su capacidad, «por no decir el 99,9 por ciento», con lo que la presión migratoria de los menores extranjeros no acompañados apenas ha variado con respecto a meses anteriores. Tampoco ha cambiado la situación de las menores embarazadas procedentes de Marruecos que, tal y como adelantó semanas atrás la consejera de Bienestar Social, María Antonia Garbín, llegan a la ciudad animadas por familiares que residen en Melilla. Las últimas informaciones sobre este asunto, que ha convertido en habituales casos que hasta hace tan sólo un año eran excepcionales, apuntan a que la llegada de estas jóvenes embarazadas se explica en las expectativas que se generan para agilizar la tramitación de los documentos.

Sobre este asunto, puntualizó que es un tema «complejo y difícil» porque «las han sacado de su núcleo familiar, han llegado a Melilla y el problema es, por un lado, lo que ellas creen que será su futuro y, en segundo lugar, la verdadera realidad». De las cuatro menores embarazadas, con edades comprendidas entre los 15 y los 17 años, una de ellas ya ha dado a luz, por lo que al Gobierno de la Ciudad le compete ahora enseñarle lo básico en el cuidado del bebé. En cuanto a las otras tres chicas, siguen en La Purísima, «prestando apoyo y clases mínimas de formación».

Relación con Melilla

De los informes realizados, la consejera avanzó que «se deduce» que todos los casos tienen una relación «directa o indirecta» con Melilla, «y, según parece, algunos de los embarazos parece que se han producido en la ciudad, donde tienen familia». En otros casos, el área que dirigie Garbín ha detectado que los embarazos de produjeron en Marruecos, «donde tienen su novio, aunque entran a Melilla continuamente». «Es un tema difícil, porque no estamos tratando temas propios de la Ciudad. Estamos ante una situación en la que tampoco podemos hacer intervenciones sociales cruzada la frontera con ciudadanos mayores de edad que, se supone, son las personas que están vincualdas con estas menores que están embarazadas», explicó.

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