Más de un millón de personas participaron hoy en una protesta en el centro de Grozni, capital de la república rusa de Chechenia, para exigir el fin de la persecución de los rohinyás en Birmania, que los manifestantes califican de “genocidio de los musulmanes”, informaron los organizadores del acto.

“Más de un millón de personas respondieron a la convocatoria sin que se registraran incidentes durante el acto”, dijeron en el comité organizador a la agencia Interfax.

La protesta fue encabezada por los dirigentes de este territorio ruso, incluido su líder, Ramzán Kadírov.

“Yo y millones de habitantes de decenas de países exigimos hoy a los líderes mundiales poner coto para siempre a ese derramamiento de sangre”, dijo Kadírov.

El dirigente chechén agregó que los culpables de estos “crímenes contra la humanidad” deben recibir su merecido castigo.

Kadírov afirmó que en Birmania se llevan a cabo limpiezas étnicas de personas de todas las edades, lo que “contemplan en silencio la ONU, la Unión Europea, las organizaciones regionales del sudeste asiático, reyes, presidentes y la prensa mundial”.

Asimismo, llamó a exigir responsabilidades a los países que cerraron su fronteras a los refugiados birmanos.

“Les han condenado a muerte. Lo que tenemos que hacer ahora poner fin urgentemente a esta catástrofe humanitaria y tender una mano de ayuda al pueblo rohinyá, que está muriendo”, señaló.

Con anterioridad, Kadírov, firme aliado del presidente ruso, Vladímir Putin, aseguró que iría en contra del Kremlin en caso de que Moscú apoye a los militares de Birmania que masacran a los musulmanes locales.

Más de un millón de rohinyá viven en Rakhine (oeste de Birmania), donde sufren una creciente discriminación desde el brote de violencia sectaria de 2012 que causó al menos 160 muertos y dejó a unos 120.000 de ellos confinados en 67 campos de desplazados.

Las autoridades birmanas no reconocen la ciudadanía a los rohinyá, les consideran inmigrantes bengalíes, y les imponen múltiples restricciones, incluida la privación de desplazamiento.

Organizaciones no gubernamentales han reiterado las denuncias sobre las violaciones de los derechos humanos y las ejecuciones sumarias que supuestamente realiza el Ejército birmano.