Las políticas migratorias dominan el debate entre Merkel y Schulz
El candidato socialdemócrata promete romper las negociaciones de adhesión de Turquía a la UE si gana
El País, , 03-09-2017El formato era el siguiente: cuatro cadenas de televisión, cuatro periodistas y dos candidatos a la cancillería alemana. En total, 90 minutos para responder a una amplia batería de preguntas divididas en cuatro bloques: migración, política exterior, justicia social y seguridad interior. La confrontación entre ambos candidatos encorsetados en un formato poco dinámico, fue muy moderada, como ha venido siendo la campaña electoral en las últimas semanas.
La crisis de los refugiados abrió el debate y se prolongó durante tres cuartos de hora. Más de un millón de demandantes de asilo han llegado a Alemania en los dos últimos años, gracias a la política de puertas abiertas decretada por la canciller en 2015. Ese es precisamente uno de los puntos débiles del mandato de Merkel a ojos de muchos votantes, según los sondeos. Schulz quiso aprovechar esa coyuntura, aunque con limitada convicción, porque en realidad las líneas maestras en temas migratorios entre ambos partidos han sido, de momento, hasta cierto punto similares. Aún así, Schulz acusó a la canciller de no coordinar sus políticas con sus socios europeos.
Merkel defendió sus decisiones de hace dos años. “¿Qué debería haber hecho? ¿Desplegar cañones de agua contra miles de personas?”. Más tarde, cuando se planteó el tema de la integración añadió que “cuatro millones de musulmanes contribuyen al éxito del país”. La canciller argumentó también que Alemania se beneficia enormemente de la globalización y que eso también significa que hay personas y no solo bienes las que viajan a través de las fronteras. “Aunque eso no quiere decir que pueda venir todo el mundo”, matizó. Merkel después explicó que los procedimientos de deportación para los indocumentados se han acelerado en Alemania; otro de los asuntos que preocupa a la opinión pública.
Schulz se mostró después dispuesto a una línea más dura con Turquía, el país en el que se encuentran detenidos 12 alemanes por motivos políticos, de ser elegido canciller. Dijo incluso que rompería las conversaciones de acercamiento a la UE. Merkel coincidió: “No veo a Turquía entrando en la UE”. Aún así, no estuvo de acuerdo en romper con Ankara unilateralmente. Schulz jugó de nuevo el papel de duro, porque su juicio, el régimen turco es el único lenguaje que comprende.
La distancia que separa a la socialdemocracia (SPD) de la Unión democristiana CDU/CSU es amplia y consistente desde hace meses y parece, de momento, a prueba de debates. Al bloque conservador le otorgan la última encuesta de Emnid un 38% de los votos frente al 24% del SPD. Le siguen la extrema izquierda, Die Linke, que compite por el tercer puesto con liberales, Verdes y la extrema derecha (Afd).
De no mediar sobresaltos, Merkel lograría un cuarto mandato, tras 12 años al frente de la cancillería. La bonanza económica, un desempleo que bate récords históricos a la baja y la estabilidad política le confieren a la canciller una clara ventaja en un país con pocas ganas de cambio. La justicia social y la economía, el tema estrella de Schulz, no llegó hasta después de una hora de empezado el debate. Y ahí sí hubo algo más de confrontación.
El formato tampoco convenció a los partidos que luchan por la tercera posición y que se vieron excluidos. El político de los Verdes, Omid Nouripour se quejó hace unos días a la DPA de que solo los candidatos de los dos grandes partidos debatieran. “Los votantes necesitan un debate televisado con los candidatos de todos los partidos no un Groko [gran coalición] – enjuague”, dijo.
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