El párroco de Vifaro, en Pistoia (centro de Italia), Massimo Biancalani, recibió hoy las muestras de solidaridad de decenas de personas antes de celebrar misa, ante las amenazas recibidas por ultraderechistas por haber llevado a un grupo de inmigrantes a pasar el día en una piscina.

Don Massino, como le conocen sus feligreses, había sido amenazado por miembros del partido de extrema derecha italiano Forza Nuova, quienes anunciaron que irían a la misa del domingo para “vigilar la doctrina” del cura, informaron medios locales.

Los ultraderechistas le criticaron por haber premiado a unos inmigrantes africanos que viven en su comunidad con un día en una piscina por haberle ayudado en una actividad y haber colgado las fotos de esa jornada en su página de Facebook.

A pesar de las amenazas, el párroco se presentó hoy en la iglesia acompañado por el vicario del obispo de Pistoia, Patrizio Fabbri, que quiso así mostrar su solidaridad al cura.

Algunas decenas de personas, entre ellas muchos de los habitantes de Vifaro, corearon frases contra los cerca de veinte miembros de Forza Nuova que entraron en la Iglesia para seguir la misa.

El párroco quiso dar la mano a los ultraderechistas y les rogó que no se hiciesen proclamas.

Durante la misa, Don Massimo pidió perdón a los parroquianos por el “clamor mediático” de estos días y recordó las palabras del papa Francisco acerca de que la Iglesia es “un hospital de campaña” y que “es fundamental y un principio ético la acogida a los inmigrantes”.

“Don Massimo conjuga el evangelio con la vida y la suya es un gran testimonio porque acoge a jóvenes de otros países sin casa desde hace años”, agregó el vicario del obispo de Pistoia, según los medios.