La canciller de Alemania, Angela Merkel, ha afirmado este domingo que no se arrepiente de su decisión en 2015 de abrir las fronteras del país a cientos de miles de refugiados, resaltando que no dejará de hacer campaña pese a las críticas.

En una entrevista concedida al diario ‘Welt am Sonntag’, Merkel ha negado que haya cometido errores con su política de puertas abiertas, a pesar del disenso en su propio partido y la caída de los apoyos a la formación que causó.

“Adoptaría de la misma forma todas las decisiones importantes de 2015. Era una situación extraordinaria y tomé mi decisión en lo que pensé que era correcto desde un punto de vista político y humanitario”, ha argumentado.

“Este tipo de situaciones extraordinarias ocurren de vez en cuando en la historia de un país. El jefe de Gobierno tiene que actuar, y lo hice”, ha resaltado la canciller alemana.

En este sentido, ha apuntado que era injusto dejar a Grecia e Italia hacer frente a la crisis de refugiados “simplemente por su geografía”, añadiendo que seguirá pidiendo una distribución justa de los refugiados en la Unión Europea (UE).

“Que algunos países se nieguen a aceptar refugiados no está bien. Contradice el espíritu de Europa. Superaremos eso. Será necesario tiempo y paciencia, pero tendremos éxito”, ha puntualizado.

Por otra parte, ha manifestado que pese a la intensidad de las protestas contra ella y su partido, no se alejará de las zonas en las que su aprobación ha caído.

“Somos una democracia y todo el mundo puede expresarse libremente en público de la forma que quiera. Es importante que no nos alejemos de nuestro camino para evitar ciertas áreas sólo porque hay algunas personas gritando”, ha defendido.

A cuatro semanas de las elecciones del 24 de septiembre, la encuesta de opinión Emnid da la victoria al partido de Merkel con el 38 por ciento de los votos, 15 puntos porcentuales por delante del Partido Socialdemócrata (SPD).

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