Egipto tutela Gaza ante la debilidad de Hamás
El Cairo pretende aliviar el bloqueo de la Franja mediante la apertura intermitente de la frontera
El País, , 27-08-2017El paso de Rafah —la única salida al exterior no controlada por Israel para los dos millones de habitantes de Gaza— ha abierto sus puertas este domingo, en vísperas del Eid al Adha, la celebración islámica del sacrificio. La semana pasada ya se autorizó el tránsito de peregrinos hacia La Meca. La terminal fronteriza solo había permitido el paso de viajeros durante una docena de días en lo que va de año. Con este gesto, Egipto pretende mostrar su voluntad de aliviar el bloqueo que sufre el enclave costero palestino desde hace una década, cuando el movimiento islamista Hamás se hizo con el poder, y que se agravó hace cuatro años tras el derrocamiento del gobierno de los Hermanos Musulmanes en El Cairo. “La apertura de Rafah será previsiblemente intermitente, entre uno y tres días a la semana”, estima el analista político Talat Okal, contactado en Gaza por vía telefónica. “El actual entendimiento entre Hamás y Egipto parece estar empezando a dar frutos, aunque en esta parte del mundo no confiamos mucho en las promesas”.
Las verjas de Rafah han permanecido prácticamente cerradas desde el final de la última guerra con Israel, en el verano de 2014. En 2015 la frontera se abrió solo durante 32 días. En 2016 fueron 48 jornadas. Naciones Unidas ha advertido de que Gaza será inhabitable en 2020 si continúa el aislamiento impuesto por Israel y Egipto y la degradación de las condiciones de vida de sus habitantes. Con una tasa de desempleo del 45% —la más alta del planeta según el Banco Mundial— y el 95% de sus acuíferos contaminados la predicción de la ONU parece estar adelantándose. La contaminación de las playas a causa del recorte del suministro de electricidad a las depuradoras se ha extendido a más del 70% de la costa de Gaza. Responsables sanitarios de la Franja aseguran que un niño de cinco años ha muerto tras bañarse en aguas donde vierten directamente las redes de saneamiento.
Hamás, el movimiento de resistencia islámico hegemónico en la Franja, ha sufrido recientemente sucesivos reveses. Perdió el apoyo financiero de Qatar, después de que las monarquías del Golfo y Egipto cortaran las relaciones con Doha y boicotearan su economía. También se ha redoblado la presión del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas —que solo ejerce el poder efectivo en Cisjordania— para que entregue el control de la Administración de Gaza, que asume de facto desde 2007. Entre otras medidas, el Gobierno de Ramala ha rebajado los sueldos de miles de funcionarios y ha recortado su aportación al pago de la electricidad que suministra Israel a la Franja y del combustible para el funcionamiento de la única central de energía del territorio, de manera que los apagones se han prolongado más de 20 horas al día. El malestar social inducido no ha llevado sin embargo a Hamás a aceptar un acuerdo político.
Egipto ha aprovechado la debilidad financiera y el enfrentamiento de los islamistas con Fatah, el partido nacionalista laico de Abbas, para comenzar a tutelar la franja palestina de acuerdo con sus intereses de seguridad. Para ello ha recurrido a la mediación de Mohamed Dahlan, dirigente palestino originario de Gaza, donde dirigió los servicios de seguridad hasta que fue expulsado tras el enfrentamiento armado en el que los islamistas desalojaron del poder a Fatah. Dahlan cayó también en desgracia en Cisjordania al ser acusado por el presidente palestino de tramar un golpe de Estado en 2011. Desde entonces vive exiliado en Emiratos Árabes Unidos.
Tras las reuniones mantenidas en El Cairo por Dahlan con el nuevo líder de Hamás en Gaza, el antiguo mando militar del grupo Yahya Sinwar, en presencia de los servicios de inteligencia egipcios, parece haberse alcanzado el acuerdo para reabrir la frontera de Rafah de forma intermitente al tránsito de personas y mercancías. “Dahlan, de 55 años, que está preparando su regreso a la política palestina desde el destierro ante la sucesión en el poder de Abbas, de 82 años, necesita poder actuar sobre el terreno”, argumenta el analista gazatí Okal, “y va a empezar por Gaza, donde aún cuenta con muchos partidarios en Fatah. Abbas ha intentado presionar a Hamás, pero en realidad ha castigado a la población y provocado descontento con sus mediadas restrictivas”.
Dahlan y Sinwar, que se conocen desde la infancia en el campo de refugiados de Jan Yunis, al sur de la Franja, se muestran dispuestos a olvidar los sangrientos enfrentamientos armados que encabezaron hace una década. En contrapartida a la progresiva apertura de Rafah, Hamás ha aceptado establecer una zona tapón en la frontera con Egipto para evitar la infiltración de yihadistas que operan con el grupo Provincia del Sinaí, filial regional del ISIS. Las milicias del movimiento islamista sufrieron hace diez días el primer atentado suicida de su historia. Un salafista cercano al ISIS que fue interceptado cuando pretendía entrar en Egipto hizo estallar la carga explosiva que portaba. Murió un jefe de la guardia de fronteras de Hamás y dos agentes resultaron heridos.
Previsiblemente, el Gobierno del presidente Abdelfatá el Sisi impondrá también que sean funcionarios palestinos afiliados a Fatah y seguidores de Dahlan quienes se hagan cargo del control de la frontera de Rafah en lugar de los servicios de seguridad del movimiento islamista. El Cairo pretende sortear de esta forma el escollo de establecer una relación diplomática directa con Hamás, considerado una organización terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea.
De la mano de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos (EAU) aspira a ser el nuevo donante principal en la Franja de Gaza, tras el forzado repliegue de Qatar. Está previsto que el capital procedente del Golfo financie la construcción de una nueva planta de energía para el enclave palestino, y Abu Dhabi ha ofrecido aportar 15 millones de dólares al mes para ayudar a la población. Estos fondos serían administrados por partidarios de Dahlan. El pasado mes de mayo Hamás revisó sus estatutos para excluir cualquier dependencia de los Hermanos Musulmanes, de los que hasta entonces se consideraba rama local en Gaza. La reforma de la carta fundacional ha favorecido el acercamiento a los dirigentes egipcios y emiratíes, que ven a la Hermandad (proscrita en Egipto, y relativamente activa en países como Jordania) como su principal enemigo dentro del islam político.
A falta de un anuncio oficial por parte de las autoridades, los trabajos de modernización del sector egipcio de la terminal de Rafah se han acelerado en las últimas semanas. Además de ampliar las instalaciones para permitir el paso de un mayor número de viajeros y de camiones con mercancías, el Gobierno de El Sisi está instalando un sistema informático de reconocimiento de identidad conectado con su base central de datos en El Cairo. El Ministerio del Interior palestino en Gaza tiene una lista de espera de 20.000 personas que quieren salir del enclave por razones de salud, trabajo o estudios. La progresiva apertura de la frontera puede contribuir a reducir las consecuencias de una década de bloqueo y a difuminar la inexorabilidad del catastrófico augurio de la ONU para Gaza.
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