El desalojo de alrededor de 300 refugiados esta mañana en una plaza cercana a la estación central de trenes de Roma ha provocado un enfrentamiento entre la policía y los inmigrantes que ha convertido por unas horas el centro de la ciudad en un campo de batalla. El enfrentamiento ha sido criticado por las organizaciones no gubernamentales, como Médicos sin Fronteras, por la “violencia” con la que procedieron las fuerzas de seguridad, que utilizaron cañones de agua y porras. La policía denuncia el lanzamiento de piedras y bombonas de gas por parte de los migrantes.“Nos han despertado con cañones de agua. Han cogido a algunos de nosotros por el pelo y nos han pegado con las porras. Es absurdo: somos refugiados políticos, tenemos la documentación en regla”, ha lamentado una mujer que había sido desalojada de la plaza. “¿Este es un país de acogida?”, se pregunta otra mujer indignada. “No. Es un país fascista, inhumano”. Médicos Sin Fronteras ha asegurado en un comunicado que 13 refugiados han resultado heridos en los enfrentamientos con la policía. “Es una vergüenza que la falta de soluciones habitacionales alternativas haya llevado a una situación de violencia como esta. Urge garantizar a las personas desalojadas una solución digna, empezando por los más vulnerables”, denuncia Tommaso Fabbri, coordinador general de MSF en Italia.

Un centenar de inmigrantes protestan en la plaza de la Independencia en Roma, tras haber sido desalojados. ANGELO CARCONIEFE
Los refugiados, procedentes en su mayoría de Eritrea y Etiopía, vivían en un antiguo edificio de oficinas cerca de la estación de trenes de Termini, en el centro de la capital italiana, que fue ocupado en octubre de 2013 y del que un juez ordenó su desalojo en 2015. En el edificio vivían 400 adultos y 35 menores. La mayoría de ellos está a la espera de que las autoridades italianas confirmen su situación de refugiados políticos. El pasado sábado a primera hora de la mañana la policía entró en el edificio y procedió al desalojo. Sólo han permanecido hasta esta mañana 64 adultos y los menores de edad, entre ellos muchos niños. Todos ellos han sido trasladados hoy a varios centros. El resto, unos 300, se trasladaron entonces a los jardines de la cercana plaza de la Independencia, donde han permanecido acampados hasta hoy. Según la prefectura de Roma el desalojo se produjo porque algunos migrantes no aceptaron el alojamiento alternativo que se les ofreció. La policía ha denunciado que muchos de los refugiados lanzaron piedras contra los agentes que intervinieron en el desalojo de la plaza. Algunos lanzaron incluso bombonas de gas desde las ventanas del edificio. “Golpear a los agentes con piedras, bombonas y botellas es violencia. No tiene nada que ver con la integración”, ha dicho Gianni Tonelli, secretario general del sindicato autónomo de policía (SAP, por sus siglas en italiano). “El peligro de terrorismo y criminalidad lo tenemos en casa y, a menudo, hemos sido el conector con esta invasión incontrolada”, ha añadido.Durante la carga policial, un vídeo publicado por los medios locales ha recogido el momento en el que un funcionario dice a los agentes de policía: “Tienen que desaparecer. Si alguno de ellos tira alguna cosa, rompedle el brazo”. Andrea Iacomini, portavoz de Unicef Italia, ha denunciado que entre los desalojados del edificio había muchos niños. “Hablamos de personas con estatus de refugiado, supervivientes de guerras, persecuciones o torturas que en algunos casos han obtenido la ciudadanía italiana, tirados por la calle en condiciones deshumanas sin una real alternativa sostenible por parte del Ayuntamiento de Roma, que hemos esperado en la plaza en vano. Es una situación muy triste”.