La inmigración irregular a Europa ha caído fuertemente en la primera mitad del año, pero no así el riesgo de muerte y abusos que afrontan los inmigrantes debido a que se les sigue negando vías legales de entrada, indicó hoy la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

En un informe publicado hoy, ACNUR precisa que esta situación sigue empujando a los migrantes hacia traficantes sin escrúpulos y redes de explotación, que operan impunemente en los puntos de partida, en particular en Libia, y les someten a violencia sexual, torturas y secuestros a cambio del pago de un rescate.

En el documento, ACNUR señala que los cruces de inmigrantes y refugiados por el Mediterráneo han caído drásticamente en los primeros seis meses del año, frente al mismo periodo de 2016, llegando a ser sólo el 6 % de los que se produjeron en la ruta entre Turquía y Grecia.

En el caso de los inmigrantes que parten de Libia hacia Italia, su número se ha mantenido estable en el primer semestre, con más de 83.700 casos personas para finales de junio y una tendencia a la baja desde entonces.

De ellos, 11.400 eran niños no acompañados o separados de sus familias, algunos de los cuales han sido víctimas directas de abusos.

En el Mediterráneo, 2.253 personas han muerto o desaparecido en las peligrosas travesías que tienen Europa como destino, mientras que 40 más han muerto en tierra, en la frontera de algún país europeo o cerca de ella.

“Tomar medidas para reducir el número de refugiados e inmigrantes que llegan a Europa, sin al mismo tiempo hacer esfuerzos por la paz, por el desarrollo y en favor de rutas seguras es moralmente inaceptable”, dijo en un comunicado el responsable de ACNUR, Filippo Grandi, quien subrayó que los países no pueden “ignorar los abusos simplemente porque no los vean”.

ACNUR también pidió que no se mezcle a los inmigrantes económicos con “otros miles que huyen de la violencia y persecución en sus países”, al destacar que de todos los que desembarcaron en Italia y pidieron asilo entre enero y junio pasados, “el 40 % solicitó algún tipo de protección”.

El informe también destaca que el movimiento migratorio ilegal por tierra hacia Europa se redujo frente a lo que ocurría hace un año, y que mucha gente que entra por Grecia y Bulgaria denuncia abusos a manos de traficantes, golpes y ataques con perros policías.

Asimismo, ACNUR siguió recibiendo en el primer semestre denuncias de rechazos en la frontera por parte de las autoridades de Bulgaria, Croacia, Grecia, Hungría, Rumanía, Serbia, España y Macedonia, con casos en los que se les negó igualmente el acceso al procedimiento de solicitud de asilo.