ASTE NAGUSIA
Marijaia derriba fronteras para refugiar a todos
Deia, , 20-08-2017Bilbao – Imagine un lugar sin fronteras ficticias que limiten los derechos, donde la violencia deshumanizadora no tenga cabida ni las mujeres necesiten compañía de doña Valerosa para llegar a casa. Figure que no se trata de un universo paralelo sino que es el reino de Marijaia, emplazado en un pequeño botxo cuya ambición es expandir sus valores. La reina de la fiesta volvió ayer a Bilbao para celebrar la fortuna que supone habitar una ciudad que cada día amanece sin miedo con la firme voluntad de mejorar para acercarse a esa realidad. Pero también para invocar que hay jurisprudencia que avala que los bilbainos nacen donde quieren y que en Bilbao hay espacio para todos ellos. Lo verbalizó en nombre del icono festivo la pregonera Nati Ovelleiro, quien llevó las reivindicaciones de la plataforma Ongi Etorri Errefuxiatuak hasta la balconada del Teatro Arriaga: “Berdin da jatorria, generoa, azala… beso zabalik Marijaia bezala, munduak entzun gaitzala: Bilbon inor ez da ilegala!”. Y por si no quedó claro cantó: “Senegal, Siria, Ecuador, Nigeria, El Salvador… Bilbon denentzat dago tokia!”. Conteniendo los nervios y con una sonrisa, sacó la artillería pesada para demandar “menos pedir papeles y menos ley mordaza”. Y no se quedó sin aludir a las instituciones que obstaculizan que los refugiados lleguen hasta la villa, “ciudad de acogida”: “¿Cómo aceptar fronteras y leyes funestas? Cuando nuestro pueblo tiene unas impuestas…”. Abajo, un baño de multitudes rugía a cada estrofa mientras las ofrendas líquidas a la dama de la juerga empapaban una plaza de todos los colores, no en vano: “Migrante, parada, mantero, desahuciada, ecologista, estudiante, comparsera, encarcelada… Aste Nagusia zeu zara!”. Los reclamos solidarios hacia aquellos que están lejos también dejaron lugar para el rechazo a una de las lacras más acuciantes de nuestra sociedad: “Besos, caricias, ternura… pongámonos finos y finas, baina erasorik ez! ¡Ni un susto más en las esquinas!”. Y a otra cicatriz provocada por el fanatismo que esta semana ha sobrecogido los ánimos: “Herri Katalanari besarkadarik beroenak!”, bramó Ovelleiro antes de que Ane Ortiz, txupinera de Askapeña, lanzara el cohete que inició la euforia colectiva.La banda sonora de las fiestas retumbó entre brincos, confeti y banderolas. Poco después, la pregonera y la txupinera, emocionadas, descendieron al foyer del teatro para compartir sus primeras impresiones. “Ha sido una experiencia irrepetible”, aseguró Ovelleiro, quien reconoció el tinte reivindicativo de su texto. “Somos la plataforma Ongi Etorri Errefuxiatuak, era nuestro momento para ello”, expresó. Más tranquila, Ortiz confesó que había tenido oportunidad de leer el pregón de antemano: “Me ha parecido un pregón muy emotivo y apropiado para la situación”. Y tildó de “impresionante” lo vivido desde el balcón, donde incluso llegó a identificar las caras de sus compañeros comparseros. Sin miedo La liturgia del txupinazo, que tradicionalmente comienza con el aurresku, estuvo condicionada por el minuto de silencio con motivo de los atentados en Catalunya. A pesar de ello, tanto el alcalde Juan Mari Aburto como Itziar Urtasun, concejala de Fiestas, hicieron un llamamiento a la tranquilidad, ya que en Bilbao no hay razones para crear alarma. Tras el intercambio de atributos entre pregoneros y txupineros, que recibieron el relevo de sus antecesores, Urtasun colocó el pañuelo de fiestas al primer edil. “Queremos que todo salga bien, que lo que reine en la calle sea la alegría, la fiesta, la participación, la diversidad… El único secreto para ello es el respeto”, aseguró Aburto, quien concretó que “la mayor satisfacción al final de los nueve días sería decir que Bilbao es un espacio libre de agresiones”. De acuerdo, la concejala también se mostró favorable al mensaje explícito que se intuía en el pregón aún por escuchar: “Aunque en Bilbao, como en Euskadi, intentamos que los refugiados vengan, no vienen tantos como deberían, porque hay barreras que lo impiden”. Por ello, este año Marijaia es el símbolo de todas libertades que encuentran mugas.
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