La policía confirmó ayer que las cuatro personas muertas en Alcira, en un tiroteo entre dos clanes familiares de etnia gitana, son un hombre de 53 años, sus hijos de 26 y 22 años, y su hermano de 37, y que la mujer herida muy grave, de 51 años, es la esposa del primero.

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El otro herido ingresado en el Hospital de La Ribera, de Alcira, es un hombre de 54 años, miembro de la otra familia, que fue la que en la tarde del jueves se presentó en la casa de los primeros e inició el tiroteo.

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Según fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Valencia se mantiene como posible origen del tiroteo la discusión, por la custodia de una niña, que habían mantenido el miércoles sus padres: un chico de la familia de los muertos y una chica del otro clan.

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Los detenidos que están en la comisaría de policía de Alcira por este suceso son cuatro hombres de 23, 30, 43 y 46 años, que continuaban anoche en dependencias policiales prestando declaración.

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Además, el hombre herido que está en el hospital de Alcira, que fue ingresado con una contusión facial muy grave por los golpes que recibió con un palo, fue trasladado ayer al pabellón de judiciales del Hospital General de Valencia, según fuentes sanitarias.

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Asociación gitana

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Los responsables del movimiento asociativo gitano acordaron ayer, en una reunión mantenida después del suceso, pedir a las dos familias «que no haya más agresiones y que esta situación no vaya a más».

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Según explicó el coordinador de ese movimiento, Manuel Bustamante, las familias «no son muy conocidas», como ocurre con otras que llevan muchos años asentadas en Alcira, por lo que van a ponerse en contacto con la alcaldesa, Elena Bastidas, para conocer más datos.

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Bustamante afirmó que el tiroteo entre dos clanes «es más un problema de marginalidad que de etnia», y rechazó los «estereotipos de que todos los gitanos son iguales». El coordinador de este movimiento asociativo explicó que el objetivo ahora es «cumplir con lo que diga la Justicia», tomar lo sucedido con mucha serenidad e intentar contactar con las familias para aclarar lo sucedido, que según parece «venía de atrás».

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La familia de los cuatro muertos intentaba ayer recaudar dinero entre amigos y vecinos para poder enterrar a las víctimas mortales del suceso, ya que no cuenta con dinero suficiente ni con un seguro que les cubra este gasto, según manifestaron vecinos del barrio de la Alquerieta, donde ocurrieron los hechos.