Casi la mitad de las personas gitanas se sienten discriminadas en el empleo

ABC, 01-04-2006


M. J. PÉREZ – BARCO

MADRID. Las personas de etnia gitana trabajan más y desde edades más tempranas, y se sienten discriminadas en algún momento en su empleo; además, tienen más hijos y menos nivel educativo. «Grosso modo», estas son las conclusiones más importantes del informe «Población gitana y empleo», elaborado por la Fundación Secretariado Gitano y que ayer presentó la secretaria de Estado de Servicios Sociales, Familias y Discapacidad, Amparo Valcarce.

La investigación, que recopila por primera vez datos comparativos entre esta minoría étnica y la población española, intenta salvar los tópicos y barreras que aún padece este colectivo. De hecho, el estudio constata los importantes avances de esa comunidad; sin embargo, todavía hay que salvar muchos obstáculos, a la luz de los datos que refleja el documento.

Precariedad laboral

Las personas gitanas se incorporan antes a un puesto de trabajo (entre los 16 y los 19 años), por lo que su vida laboral resulta más prolongada. El resto de la población lo hace entre los 25 y los 29 años. Además, tienen una tasa de inactividad inferior, del 30%, frente al 43% de la media española. La mitad de los que trabajan (más de 283.000 – en total hay 680.000 personas gitanas en España – ) son asalariados, y la otra mitad autónomos. Unas cifras que no se corresponden con las del resto de la población, ya que el 81% de los españoles trabaja por cuenta ajena, y sólo un 18% por cuenta propia.

La precariedad laboral que sufren los trabajadores gitanos ha quedado manifestada en el estudio. Una gran parte (42%) realiza una jornada a tiempo parcial y la mayoría (71%) tiene contratos temporales, incluso acuerdos verbales (15%). Casi la mitad de ellos (45%) se han sentido discriminados en algún momento cuando buscan empleo o en el mismo puesto de trabajo.

Las cifras no mejoran al analizar los niveles educativos: siete de cada diez personas gitanas mayores de 15 años son analfabetas, una situación que resulta muy diferente para el resto de la población, donde ese porcentaje se sitúa en el 3%. Las familias gitanas, además, presentan una estructura distinta. El número de miembros por hogar es más numeroso, ya que predominan aquellos en los que hay entre cuatro y siete personas. No en vano, la mujer gitana tiene una media de tres hijos, frente a 1,2 de la media española, y los jóvenes son casi el 30% de su comunidad.

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