Una escuela bajo observación

"No somos terroristas", dice Ebru, una alumna de origen turco, en respuesta al alarmismo mediático

La Vanguardia, 01-04-2006

Aun centenar de metros del edificio, ya hay policías apostados. Ante la entrada, un enjambre de cámaras. En menos de 24 horas, la Rütli – Schule, una escuela secundaria berlinesa donde más del 80% de los 220 alumnos son de origen extranjero se ha convertido en el centro del debate político en Alemania.
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Todo empezó con una carta firmada por los profesores de la Rütli – Schule, situada en Neukölln, un barrio obrero con alto porcentaje de inmigrantes, pidiendo auxilio a las autoridades. “El ambiente en las clases está caracterizado por la agresividad, la falta de respeto y la ignorancia respecto a los adultos”, empieza el texto. En la carta, los profesores detallan los excesos que cometen los alumnos: usan papeleras para jugar a fútbol y destrozan el mobiliario. “Algunos de nuestros colegas sólo van a algunas clases con móvil para poder pedir ayuda”, dicen.
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Estresados, muchos han empezado a tirar la toalla. Proporcionalmente, el número de profesores que falta a clase por enfermedad es mayor que el de estudiantes. Hasta aquí, nada inusual en tantas escuelas de Alemania y de otros países. Pero la publicación, el jueves, de la carta en la prensa ha disparado las alarmas. El mal comportamiento de alumnos de origen turco y árabe, unido a las dificultades para integrarse, se convirtió de repente en violencia descontrolada. La Rütli – Schule es “la escuela del terror”, sentencian algunos titulares.
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Alarmadas por la carta, las autoridades de la ciudad estado de Berlín mandaron a seis policías en las cercanías la escuela. Ayer, algunos alumnos, excitados por la presencia de cámaras y conscientes de las expectativas mediáticas, lanzaban botellas de plástico a los periodistas. “No hay disciplina, pero no es verdad que haya alumnos que lleven armas. Si fuese así, yo no iría a la escuela por miedo”, decía Ebru, una alumna de origen turco. “No somos terroristas”, añadía. “Esto no es el Bronx”, corroboraba un colaborador de Klaus Böger, ministro de Educación de Berlín, quien ayer visitó la escuela.
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No es el Bronx, pero el caso de la escuela de Neukölln ha abierto un debate sobre las hautpschule,las escuelas secundarias donde estudian los estudiantes rezagados, con pocas posibilidades de llegar a la universidad. No es casualidad que en las hauptschule acaben estudiando gran parte de los hijos de inmigrantes, con dificultades para dominar el alemán y escasas perspectivas laborales. De momento, las autoridades han decidido enviar a a la Rütli – Schule a dos trabajadores sociales que hablan turco y árabe.
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