ERAN hombres entre 20 y 30 años, con estudios universitarios o de Formación Profesional. La mayoría procedían de zonas rurales de Senegal y llegaron a Navarra para forjarse una mejor situación económica. Casi dos décadas después, muchos de ellos han traído a sus mujeres e hijos y han tenido niños aquí. Actualmente viven en la Comunidad foral más de 500 senegaleses en situación regular e irregular. En todo el país es un colectivo que supera los 28.000 ciudadanos.